Miércoles 17 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 52 > Cultura y Espectaculos
El plan infinito de los libros

La librería. Así define "Bocha" a ese espacio donde actualmente trabajan además Isabel, quien está en Quimhue hace más de veinte años y María Fernanda, hija de la propietaria. En ella se realizan además presentaciones de libros como los de Harry Potter, los de Paola Kaufman o Battista.

Sin embargo, su dueña reconoce que, económicamente no es un gran negocio, "ni siquiera es un negocio". "El 2001 se sintió también acá y siempre anduvimos a los tirones. Así que por ahí uno dice ¿y si dejamos de tener problemas? Pero la librería me gusta, así que nunca tomamos en serio cerrarla". Quizás porque allí dejó su vida, porque "significa cuarenta años de mi vida, que puedo leer todos los libros que quiero y puedo".

También significa "un lugar donde la gente va a tomar mate, a charlar de lo que pasa en el pueblo, en el país o el mundo. Van a comprar libros pero muchas veces no".

Quimhue es más una tradición que unos números económicos. Son cientos de anécdotas dignas de ser plasmadas en letras impresas, aunque "Bocha" siga prefiriendo la lectura a contar sus vivencias.

Esos ritos serán homenajeados esta noche a las 20 "con empanadas y vino". Será una reunión de amigos, donde la conversación inteligente circulará entre anaqueles para dejar impresa en cada uno la sabiduría que emana desde esa gran librería.

Quimhue hoy festeja. Cuarenta años de textos que llegaron y partieron en manos ansiosas por recorrer sus páginas. Cuatro décadas de papeles y letras. Miles de horas dedicadas a esa tarea que suele ser pasión. Lecturas que han otorgado sabiduría. Charlas que han enriquecido. Libros.

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