Lunes 15 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 32 > Sociedad
El cielo neuquino bajo imponentes fuegos
Un cierre ideal llegó para culminar los festejos por los 104 años de la capital provincial.

NEUQUÉN (AN).- Fueron varios minutos para el asombro: con un formidable show de fuegos artificiales el cielo de la ciudad quedó iluminado por la fantasía ayer cerca de las 21, y miles de neuquinos despidieron la bella jornada de domingo en las calles mirando hacia arriba, para no perderse el espectáculo que marcó el final del cumpleaños número 104 de la capital provincial.

Las luces de pirotecnia se pudieron ver en buena parte de la ciudad, pero el estruendo de las detonaciones se escuchó a 10

cuadras del lugar de donde fue lanzada la pirotecnia: un playón de ripio, ubicado a pocos metros del Mástil del Centenario, el monumento que reemplazó a la Plaza de las Banderas.

Según informó la dirección de Defensa Civil, a cargo de Francisco Baggio, por el tenor del show, y para evitar inconvenientes, la avenida Argentina fue vallada en su intersección con Leloir. Es decir, a unos 600 metros de donde fue encendida la pirotecnia. Desde este lugar, no pudo pasar ningún vehículo.

Los destellos multicolor llegaron a unos 200 metros de altura y, según estimaciones previas, la caída de los artefactos podía delimitarse en un radio de 400 metros. Desde temprano, sabedoras del espectáculo, familias enteras buscaron algunos de los puntos

de mayor visibilidad de la ciudad.

No hubo una estimación oficial de cuántas personas se acercaron ayer a la ceremonia de cierre, que tuvo lugar luego de una semana que incluyó la elección de la nueva reina de la ciudad y un desfile cívico-militar el viernes último, pero se esperaba que entre 7.000 y 10.000 personas se aproximaran a la zona de "lanzamiento". El manejo de los dispositivos de pirotecnia estuvo a cargo de una empresa privada de Buenos Aires. En torno de esto, se montó un fuerte operativo de seguridad.

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