HOUSTON.- La cifra de muertos tras el paso del huracán "Ike" por la costa del Golfo de México en el estado norteamericano de Texas aumentó a al menos ocho, según informó ayer la emisora televisiva CNN.
En tanto las autoridades impusieron un toque de queda en Houston y advirtieron que se llevará semanas antes de que la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos vuelva totalmente a la normalidad.
En la ciudad de Galveston, severamente afectada por el huracán, se encontraron tres cadáveres junto a los escombros de viviendas destruidas. Hasta la tarde de ayer las fuerzas de rescate evacuaron en la zona costera y sus aledaños a más de 1.900 habitantes que habían ignorado las órdenes de evacuación.
Cientos de miembros de las fuerzas de rescate buscan víctimas y supervivientes en la más importante operación de
este tipo en la historia del estado.
Unos 140.000 habitantes no cumplieron con las órdenes de evacuación que habían dictado las autoridades y permanecieron en sus viviendas. Ochocientos kilómetros de las costas de Texas y Louisiana están bajo las aguas y unas 100.000 viviendas permanecen inundadas en la zona del huracán.
El huracán de categoría 2, en una escala de 5, alcanzó Galveston la madrugada de ayer con furia. El fenómeno alcanzó vientos de hasta 175 kilómetros por hora, y las gigantescas olas provocaron el derrumbe de murallas costeras. Un posterior diluvio agravó la situación.
"Galveston fue golpeado duramente. No tenemos energía. No tenemos gas. No tenemos comunicaciones", dijo la alcaldesa Lyda Ann Thomas.