Un tercio de los recursos del Ipross se emplean para el pago de medicamentos para sus afiliados. La cobertura prestacional por afiliado equivale a 80 pesos mensuales, de los cuales 20 pesos son medicamentos ambulatorios, oncológicos y "especiales". La cifra alcanza a 25 pesos con las prótesis.
Esas erogaciones por fármacos son comparativamente importantes. A las farmacias se les abonan de 15 a 16 pesos por afiliado. En Regina alcanzan los 23 pesos y en Viedma rondan los 19 pesos. La media nacional oscila de 10 a 11 pesos, por lo que el costo médico en el Ipross supera ese índice en un 40 a 50%.
Esta cifra repercute también en los afiliados, pues pagan en las farmacias de un 30 a 35% del precio de los medicamentos recetados.
La conducción del Ipross -que encabeza Alcides Pinazo- detectó esta incidencia y diseña un esquema de uso racional de medicamentos. Lo planteará con una alianza con los médicos a partir de promover la figura de "prestadores preferenciales", con mejores condiciones de contratos y, en contrapartida, que acepten y cumplan con las políticas prestacionales del Ipross. Así lo adelantó el secretario Técnico de la obra social, Sergio Wisky (ver recuadro).
Son aproximadamente 1.500 médicos (centros privados y públicos) los que recetan a afiliados del Ipross, pero un pequeño porcentaje concentra la mayor parte. Por caso, en Viedma figuran 403 profesionales pero 80 médicos -20%- monopolizan el 80% de las recetas capitalinas. Así, el Ipross estima que unos 300 "prestadores preferenciales" en toda la provincia cubrirían un porcentaje similar y serían suficientes para imponer la política prestacional.
En agosto de 2002, Río Negro estableció la obligatoriedad para recetar por genéricos. A principios de 2003, el Ipross pretendió imponer ese criterio en sus recetas, fijando -sin resultados- "un formulario terapéutico", pro
poniendo -por un plazo- la opción de incluir también "dos nombres de fantasía".
Actualmente Río Negro -como la mayoría de las provincias- no logra imponer la ley de prescripción por drogas.
La diferencia de costo entre el genérico y el de fantasía es abismal.
Algunos medicamentos en Argentina llegan a las farmacias con una diferencia de 33 mil por ciento: (una droga de 0,10 pesos cuando se vende a unidad cuesta 36,60 pesos en esas bocas de expendios) en su relación entre la materia prima que ingresa al puerto de Buenos Aires.
El uso racional de los medicamentos se define como obtener el mejor efecto terapéutico con el menor número de fármacos y a un costo razonable, utilizando únicamente los fármacos de eficacia.
Esa orientación se genera a partir de los médicos. Wisky resalta esa condición porque se ingresa al sistema por estos prestadores. Por eso, el funcionario alienta una "alianza" con ellos porque "no habrá cambios" sin su compromiso, por lo que considera la fijación de "prestadores preferenciales" -en concursos abiertos- que tendrán "incentivos financieros y de capacitación". Confía en ese respaldo para darle efectividad a los lineamientos que se originen en el Ipross. Sin esa alianza "no tendrá sentido ninguna norma" que modifique las políticas.
Expresa que se deben ofrecer beneficios a esos prestadores para contraponerlos a las condiciones de marketing e incentivos de los laboratorios.
La obra social no tiene limitación en el reconocimiento en el pago de los fármacos. Esta cuestión se impone esencialmente por la prescripción de los médicos. Las restricciones diseñadas no logran efectos reales. El Ipross ahora procura otra relación con los médicos, protagonistas centrales en la orientación de la política prestacional que se impone. (AV)