NEUQUÉN (AN).- En una semana se produjeron al menos siete asaltos a mano armada a repartidores, en su gran mayoría en el oeste y uno en el bajo neuquino. En todos los casos fueron a plena luz del día y a cara descubierta. Las empresas de reparto no contaban con servicio de seguridad y algunas decidieron contratarlo para poder seguir trabajando.
Entre el 4 y el 11 de setiembre se produjeron prácticamente un robo por día a repartidores, una modalidad que parecía haber sido superada pero que ha retornado con creces.
El robo que abrió la serie fue el perpetrado a la Distribuidora Río Bonito que se dedica al reparto de hamburguesas y helados. Lo padecieron el pasado 4 del corriente cuando tras realizar una entrega en la intersección de Marín y Rodhe, dos jóvenes delincuentes amenazaron con una 9 milímetros al trabajador para que entregara la recaudación. Los maleantes se alzaron con un botín que rondó los 3.000 pesos.
A los dos días, la misma distribuidora padeció de
nuevo el accionar delictivo pero esta vez en el Barrio Gran Neuquén y con el mismo tipo de maniobra. En esta ocasión también se llevaron una cifra importante que la firma prefirió que no trascendiera.
"Jamás nos había pasado nada y ahora esto", dijo un tanto consternado, Luis, encargado de la distribuidora.
Producto de los asaltos, Río Bonito evaluó dejar de atender las necesidades de los negocios de la zona oeste, "pero de hacerlo dejábamos sin trabajo al repartidor y al vendedor, por lo que preferimos pagar servicio adicional a la policía para no perder la recaudación", contó el encargado.
La distribuidora ha contratado a la policía servicios adicionales, por 18 pesos la hora, para que acompañe al camión de reparto en su recorrido por la zona oeste.
Por su parte, los responsa
bles de la distribución en Neuquén de la avícola Pollolín confiaron haber sido víctimas de cuatro robos en la última semana. La serie comenzó el viernes 5, continuó el sábado 6, tuvo un parate el domingo porque no trabajan y el lunes 8 volvieron a ser víctimas de robo como también lo fueron el pasado martes.
El último asalto fue el único que trascendió públicamente debido a que el delincuente, en la huida se habría disparado en la ingle con una escopeta recortada, cuando se acomodaba en la moto en la que lo esperaba su cómplice, tras alzarse con un botín de unos 250 pesos.
Desde la representación no se brindaron demasiado detalles de los montos perdidos ya que su titular, Vicente Oddi, se encontraba en reposo tras sufrir un preinfarto debido a la amargura que le generó el ser en reiteradas ocasiones su empresa víctima de la delincuencias.
Por estas horas se analizaba las medidas a tomar para evitar los constantes robos.
El último asalto a un repartidor se produjo el jueves pasado, y lo sufrió la empresa láctea Ilolay en la zona del bajo. En esta ocasión al repartidor lo tomaron por sorpresa a las 18.20 en la intersección de Bosch y Tupungato en el barrio Don Bosco III.
El malviviente le apuntó con una pistola 9 milímetros a las piernas al trabajador y le exigió la recaudación que rondaba los 190 pesos, además le robó el celular y documentación personal.