Domingo 14 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 43 > Cultura y Espectaculos
LA PEŅA: Para que todos lo vean

JORGE VERGARA

jvergara@rionegro.com.ar

Ni el paso del tiempo alcanzó para que muchas costumbres difíciles de entender, desaparecieran. Y por el contrario, especialmente en los pueblos, están instaladas y se cumplen con máxima rigurosidad.

El luto, el vestirse de negro como expresión de tristeza, es una de las costumbres, no sólo de este país, que se mantienen vigentes a pesar del paso de los años. Y creo, modestamente, que poco tiene que ver con una real expresión de tristeza ante la pérdida de una persona cercana. Muchos adoptan esa postura sin saber realmente qué significa.

Y claro, una cosa es estar triste desde lo más profundo del corazón y otra muy diferente es decirles, a través de cierta simbología a los demás, que el portador de la presente ropa negra tiene una razón para estar así. Es casi como avisarles a los demás que se está triste. Más práctico sería llevar una remera negra con la inscripción "estoy triste".

Quiero decir que los sentimientos son tan de uno cuando se habla de la muerte, que resulta extraño e innecesario andar portando ropa negra que nos haga identificables ante los demás.

La historia tiene sobrados ejemplos de personajes célebres que vistieron de luto ante la pérdida de familiares. En el Imperio Romano era una costumbre ineludible.

Por ejemplo, María de Médici, ya en el año 1613, se vestía de negro ante la pérdida de su esposo.

Claro, casi cuatrocientos años después, uno podría pensar que es asunto superado. Sin embargo, en los pueblos todavía el luto es parte de las costumbres y algunos hasta toman como una falta de respeto el no llevar algo negro identificable y visible cuando se muere alguien cercano.

Las "reglas" de la costumbre indican que el luto no es sólo ponerse algo negro visible, sino que tienen su propio tiempo.

En un sitio de Internet sostienen que "el luto debe ser bien llevado, porque es una prueba de afecto y de dolor. El luto severo exige ropa negra y abstenerse de toda reunión y fiestas sociales".

Inexplicable para los tiempos que corren, no sólo mostrar que se está de luto, sino también ausentarse de lugares donde reine la diversión. No sea cosa que uno se haya muerto y los que quedaron se parezcan a los muertos porque sus conductas tienen que ser intachables en la exposición pública.

El mismo sitio indica que "la persona que está de luto debe usar papel de cartas, sobre y tarjetas con filete negro". Me pregunto quién o quiénes escriben cartas en papel por este tiempo, casi están fuera de juego.

Pero lo que sigue es casi la regla inevitable a la hora del luto, siempre según un sitio de Internet con el que coinciden muchos más.

El luto debe guardarse en la siguiente forma:

- Por la muerte de la esposa, o del esposo, o de un hijo, el luto dura dos años.

- Por la muerte del padre, de la madre, de los padres políticos, el luto dura un año.

- Por la muerte de un hermano o de una hermana, el luto dura seis meses.

- Por la muerte de un tío o de una tía, el luto dura tres meses.

No faltan las personas que muerto algún ser muy cercano, llevan por el resto de sus vidas la ropa negra.

Resulta cuando menos sorprendente, allá de los que estén convencidos de que es un modo de preservar sentimientos, pero resulta inexplicable llevar el luto de este modo.

En todo caso, hay gente que lleva el luto de por vida, lleva el dolor de la pérdida por siempre, más allá de exteriorizarlo a través de la ropa.

En fin, costumbres centenarias que vaya uno a saber de dónde vienen. Lo concreto es que están, que en los pueblos siguen siendo materia corriente.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí