VIEDMA (AV)- Las autoridades y promotoras del Plan Comer en Familia se propusieron demostrar cuán ricos y nutritivos pueden ser los alimentos preelaborados si se los sabe cocinar. Platos tentadores a la vista, fruto de varias horas de preparación de las que participaron operadoras del plan y cocineras de comedores barriales se expusieron sobre una larga mesa y pudieron ser probados por periodistas e invitados especiales.

Conclusión de la escena montada en la Junta Vecinal del barrio Mi Bandera: para que los alimentos sean apetecibles se requiere capacitación especial de quien los prepara, una elaboración de cada variedad que demanda algunas horas -lo cual a veces se hace dificultoso en la vorágine hogareña de un grupo familiar carenciado- y fundamentalmente, la combinación con los alimentos frescos que los beneficiarios del plan deben solventar con los vales que se distribuyen en el programa.

"Por eso se entregan los vales alimentarios, para que los canjeen por alimentos frescos y puedan complementar los preelaborados", justificó Juan Carlos Peña, coordinador del Plan Comer en Familia. En la actualidad existen serios inconvenientes con los tickets ya que muchos comercios adheridos han dejado de recibirlos. "Por los menos hay dos o tres comercios por ciudad que sí los reciben, así que en algunos casos las familias tendrán que caminar un poco más", aseguró.

La denominada "degustación" obligó a suspender el habitual almuerzo que en ese carenciado barrio de la capital reciben alrededor de 150 chicos que asisten diariamente a la Junta Vecinal. Entre las "ofertas" gastronómicas hubo de todo, desde croquetas de arroz extremadamente aceitosas, hasta buñuelos dulces muy ricos. Todos utilizando productos frescos como complemento.