A despecho de quienes lo critican porque aseguran que "carece de plan B", o le endilgan "falta de imaginación" por jugar todo a "una sola carta", Sapag está convencido de que la provincia no tiene otra alternativa de peso para salir de la estrechez económica que mejorar su renta petrolera. Por eso, se prepara para acometer una semana decisiva. En los próximos días firmará el acuerdo con YPF por la renegociación de las concesiones y con ello estará listo el caso testigo de los acuerdos con las restantes petroleras. Luego vendrá el envío del contrato a la Legislatura, y cuando ese paso esté dado el gobernador espera cerrar una etapa para dedicarse a lanzar un plan trienal de desarrollo.

Frente a las críticas que desgrana la oposición, en el sentido de que el gobierno juega su futuro a las prórrogas, desde el sapagismo sostienen que Neuquén no tiene otra alternativa, porque de las otras dos grandes fuentes de ingresos, que son la coparticipación federal de impuestos y la recaudación propia, la primera no depende de la provincia sino de la Nación y la segunda no puede aportar nada del otro mundo.

Así las cosas, los estrategas oficiales insisten en señalar que son las prórrogas de las concesiones las únicas que pueden modificar el alicaído panorama de las finanzas provinciales. La idea es llevar los ingresos por ese concepto por encima de la marca de los 1.600 millones de pesos donde están congelados desde hace rato.

A raíz de las sucesivas postergaciones, en el gobierno no quieren dar fechas, pero descuentan que en los próximos días se sellará, en Neuquén, el contrato con YPF. "Sólo restan detalles", confió una fuente cercana al gobernador y explicó que la firma se demoró entre otras cuestiones porque Sapag reclamó el visado previo del directorio de la empresa, cosa de no tener sorpresas después.

El acuerdo con YPF es importante porque la empresa representa casi la mitad de las explotaciones hidrocarburíferas de la provincia, y por eso mismo se descuenta que el contrato se convertirá en un 'leading case' para las negociaciones con las restantes 15 compañías que operan en Neuquén.

Lo que ha trascendido sobre el tema es que las regalías pasarán del 12 al 15% y podrán alcanzar hasta un 18% en el caso de rentas extraordinarias para la empresa. Además, habrá un canon -"up-front payment", según los iniciados- equivalente al 3% de la facturación, que se habría fijado en 195 millones de dólares y cuya cancelación se haría efectiva de manera escalonada, durante varios meses.

La idea es enviar inmediatamente el contrato a la Legislatura y para no tener que estar haciéndolo a cada rato, uno de los artículos del proyecto de ley facultará al Ejecutivo para negociar con las restantes empresas. Al finalizar la ronda, el Ejecutivo deberá rendir cuentas a la Cámara.

Aunque la Justicia ya rechazó tres amparos, hay sectores de la oposición y organizaciones de defensa del patrimonio petrolero que siguen cuestionado las prórrogas. Pero Sapag está convencido de que la Constitución nacional y las leyes federales, "que están por encima de las constituciones y las normas provinciales", avalan su proyecto.

En todo caso, el oficialismo cuenta con respaldo legislativo como para aprobar ampliamente su proyecto: además de los 15 diputados propios y de los tres que le aportan los partidos satélites, la Concertación le ha prometido sus 13 votos. Sólo quedarán del otro lado Rodolfo Canini, de Une; Soledad Martínez, del Frente Grande y Paula Sánchez, de Libres del Sur.

Inclusive, a pesar de los cacareos, los intendentes -también el de Neuquén- se encolumnaron detrás del gobernador, porque se cuentan entre los futuros beneficiarios de la jugada. Con todo, el gobierno recibió con malestar los pronunciamientos de algunos funcionarios de Farizano, ex convencionales constituyentes, que se sumaron a los cuestionamientos.

Sapag apunta a obtener por lo menos otros 200 millones de dólares de las negociaciones con las restantes empresas. "Nos movemos entre un piso de 400 y un techo de 600 millones de dólares", confió un alto funcionario neuquino.

Desde la oposición, y con mayor énfasis aún desde el sobischismo, se ha venido advirtiendo que el gobierno ya ha dicho "demasiados sí" a los gremios estatales, al punto que éstos le han terminado por tomar el tiempo, y ellos y los intendentes no cejarán hasta quedarse con el grueso de los fondos extraordinarios que obtendrá Sapag de la renegociación.

Pero en el gobierno aseguran que no es así, que los fondos provenientes del aumento de las regalías serán coparticipados y servirán para sueldos y para el pago de compromisos. Pero que los recursos restantes, provenientes del canon, irán a parar a fideicomisos destinados a financiar obras de infraestructura y proyectos productivos. La ley que consagra ese plan -afirman- ya está lista para ser enviada a la Legislatura.

La idea del gobernador es sentarse con los intendentes a elaborar un plan trienal, que incluirá obras en distintos municipios financiadas con esos fondos; desde parques industriales hasta proyectos energéticos y obras relacionadas con salud y educación. "Esto es para los que dicen que no tenemos proyecto", desliza uno de los íntimos del gobernador y agrega que el imperativo es generar trabajo fuera del Estado. "Eso sí -aclara-, ahora no queda más remedio que resistir el embate sindical. De otra forma volcamos la provincia".

En el sapagismo no hay preocupación por las señales que dan cuenta de que Sobisch vuelve por sus fueros para pelear por la presidencia del partido, y tampoco importan demasiado las críticas envenenadas que le dedican antiguos colaboradores del ex gobernador, como Claudio Silvestrini.

"Ellos saben que dejaron la provincia en llamas", sostienen. "Además -aseguran- Sobisch sabe que no puede volver y hace política para defenderse, entre otras cosas de las consecuencias de la muerte de Fuentealba". No descartan que el ex gobernador intente digitar a alguna otra figura, como José Brillo o su propio hijo, Federico Sobisch. Pero dejan sentado que, en todo caso, "con un 60% de imagen negativa como atesora no le conviene batir demasiado el parche".

En los próximos días Sapag dará a conocer otro de sus candidatos a ocupar una vocalía del Tribunal Superior de Justicia. Todo indica que sería una mujer. El nombre que giraba con insistencia en los despachos oficiales es el de la camarista de Cutral Co, Graciela Martínez de Corvalán.

HÉCTOR MAURIÑO

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