El secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, ratificó ayer la decisión de cancelar la deuda con el Club de París pese al complicado contexto internacional que se desató en los últimos días y señaló que se está en la etapa de "conciliación" de los montos a pagar. "Ratifico la decisión tal como la expresó la presidenta (Cristina Fernández) porque se tomó analizando todo lo necesario", sostuvo Lorenzino en diálogo con periodistas acreditados en el Palacio de Hacienda. Además enfatizó que "se hará frente a todos los vencimientos impagos que la Argentina registre hasta el 31 de diciembre de 2001". Además reveló que "las tratativas para conciliar" los montos adeudados "están avanzando con toda la rapidez que es posible", al mismo que reiteró su aspiración de llegar a un acuerdo "antes de fin de año". "Cuando se tomó la decisión de pagar se hizo analizando todo lo necesario", dijo Lorenzino descartando cambios en lo anunciado por la presidenta a partir de las consecuencias que podría acarrear para la Argentina la actual crisis internacional. "Estamos conciliando el monto y los instrumentos que se utilizarán en el pago", insistió. Ayer se había hecho fuerte el rumor de que el Ministerio de Economía, por una orden de Olivos, había decidido demorar todo lo que sea posible el pago al contado de la deuda con el Club de París, según publicó el diario Crítica. El Banco Central no quiere hacerse responsable de una eventual suba del dólar cuando se efectivice el giro a las naciones acreedoras, que hará caer un 15% las reservas. Según había trascendido, en la Casa Rosada buscan evitar que Cristina Kirchner deba firmar su primer decreto de necesidad y urgencia para concretarlo. Será antes de fin de año, pero esperarán al menos un mes a que amaine el vendaval financiero mundial, según publicó el matutino porteño. Para colmo, en este contexto, en las últimas horas además se produjo un ruido político inesperado entre la Argentina y la administración Bush, por el sonado caso de la valija con 800.000 dólares que trató de ingresar sin suerte el venezolano Guido Antonini Wilson al país, en un avión alquilado por la estatal argentina Enarsa. Estos condimentos negativos provocaron caídas en los bonos, subas en el riesgo país y un repunte del dólar cuyo techo ahora se vuelve más impredecible. Es que hay un convencimiento en algunos financistas de que la Argentina dejará ajustar casi naturalmente la cotización de la divisa estadounidense, como le piden los sectores industriales y exportadores, aunque tratando de que haya la menor presión posible sobre la inflación. Tampoco ayudó que haya trascendido la estimación de 3,35 pesos que el gobierno hizo para la cotización del dólar en el 2009, y que estará incluido en el proyecto de Presupuesto que se enviará al Congreso hacia fin de mes. En el mercado consideran que el matrimonio Kirchner subestimó el problema del INDEC, y que una mezcla de testarudez y error de cálculo puede complicar más de lo necesario una economía que mantiene un superávit fiscal de 3.000 millones de pesos mensuales y un sostenido crecimiento de la recaudación. Luego de que el INDEC informó el miércoles la inflación del 0,5 por ciento para agosto hubo caras largas y consultas entre banqueros, AFJP y fatigados operadores bursátiles, que no podían creer los números. “Si bien sabíamos que no habría operativo sinceramiento, sí esperábamos que se empezara a mostrar alguna voluntad progresiva de sincerar un poco las cifras”, describió un operador con amargura. |