Viernes 12 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 06 > Nacionales
Defensa de Nicolaides busca anular todo: "Condenaron a un loco"

Cristino Nicolaides, el ex jefe del Ejército condenado a 25 años de prisión por la llamada "Operación Murciélago" donde mataron a montoneros durante la dictadura y que será enjuiciado por robo de bebés de desaparecidos, reclamó ayer a la Corte Suprema de Justicia que se anule la sentencia porque, dijo, "condenaron a un loco".

Así se desprende del escrito que presentó el abogado Alejandro Zeverin Escribano, defensor de Nicolaides, ante el juez federal Ariel Lijo, quien condenó el 19 de diciembre de 2007 a Nicolaides y un grupo de represores por la matanza de un grupo de montoneros que regresaron al país en la llamada "contraofensiva" en los años 1979 y 1980.

Ese fallo fue confirmado por la Cámara Federal a mediados del año pasado, pero Nicolaides llegó ahora a la Corte Suprema a través de un recurso extraordinario en el que se sostiene que el militar padecía al momento del juicio "locura sobreviviente" y en consecuencia no comprendía los hechos y era inimputable.

Por eso, junto a Elda Nicolaides -hija del represor-, el abogado reclamó que se interrumpa de inmediato la condena que se le impartió y que, según esta previsto, vencerá en el 2027.

Nicolaides, jefe del Ejército durante el final de la dictadura, fue señalado como quien ordenó, en diciembre de 1983, destruir la documentación que poseía el Ejército; está acusado por robo de bebés y a fines de 2007, en un fallo histórico en el que por primera vez se juzgó a un grupo de represores desde 1986, fue condenado a 25 años de cárcel junto a cinco coroneles y el policía Julio Simón por la represión cometida por el Batallón 601.

Allí Nicolaides fue responsabilizado por los secuestros y torturas de los militantes montoneros Angel Carabajal, Julio Genoud, Verónica Cabilla, Lía Ercilla Guangiroli, Ricardo Zucker y Silvia Tolchinsky -única sobreviviente-, que se habían exiliado al comienzo de la dictadura pero volvieron en 1979 y 1980 alentados por sus jefes, Mario Firmenich y Fernando Vaca Narvaja, quienes se quedaron en el exterior. (DyN)

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