SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La Cámara Segunda del Crimen comenzó a debatir ayer el asalto a dos empleados de una distribuidora donde a los acusados y a una mujer que está prófuga les imputan privar de la libertad a una automovilista y haber baleado en las piernas a los damnificados y tratar de matarlos, pero al apuntar a centros vitales los proyectiles no explosionaron.

El episodio se produjo a plena luz del día cuando, según la acusación, un trío de violentos delincuentes, dos de ellos identificados como Noel Fuentealba y Héctor Chañapi, asaltaron a los trabajadores y abordaron un vehículo estacionado en las cercanías para obligar a su conductora a trasladarlos varias cuadras, pese a que tenía dos cubiertas perforadas. Un policía que observó el ataque trató de detener a los asaltantes y efectuó disparos contra las cubiertas del Fiat Palio en el que escapaban, pero el auto continuó su marcha unas ocho cuadras y luego escaparon a pie. Esa misma noche el juez Martín Lozada allanó el domicilio donde estaban guarecidos los dos procesados.

Durante el debate Chañapi reconoció su participación en el robo, pero se excusó diciendo que lo acuciaba la necesidad extrema, y además introdujo un hecho novedoso al asegurar que tanto la mujer que los secundó en el robo como la conductora del rodado no sólo fueron cómplices, sino que organizaron el asalto. No identificó a su cómplice, pero para la audiencia quedó claro que no se trataba de otro que no fuera Fuentealba, aunque éste trató de desvincularse del hecho y atribuyó la acusación a un malentendido y a un defecto de instrucción.

El asalto se produjo a las 15 del 21 de diciembre de 2007 frente a la despensa ubicada en Los Colihues 1.098, cuando los empleados de la distribuidora "Del Lago", Gastón Álvarez y Pablo Moyano, fueron abordados por dos hombres que empuñaban un arma blanca y otra de fuego, y por una mujer, quienes les exigieron la entrega de la recaudación.

Los trabajadores trataron de explicarle a los asaltantes que el camión contaba con una caja de seguridad, pero el que empuñaba el arma de fuego golpeó con la culata en la cara a Moyano, baleó a ambos en sus piernas y trató de matar a Moyano disparándole en la frente y en los testículos, y a Álvarez disparándole al pecho, sin que saliese el proyectil.

Finalmente escaparon con 400 pesos que Moyano tenía en sus bolsillos, su reloj y una cadena de oro.

Álvarez confirmó la participación violenta de una mujer en el asalto y señaló a Fuentealba como quien esgrimía el arma de fuego y trató de matarlos a ambos, y a Chañapi como quien empuñaba un arma blanca y llevaba anteojos y una gorra. No tuvo dudas al acusar a Fuentealba una y otra vez, y en asegurar que lo reconoció pese a que cubría su rostro con una media de mujer. Reconoció que "soñé semanas con él después del robo, y estuve como un mes con cagazo".