ROCA (AR).- El fiscal de Cámara Edgardo Rodríguez Trejo, pidió ocho años de prisión para Adolfo Aravena (55 años), quien reconoció haber herido con un arma blanca a Antonio Garay, durante un festival tradicionalista que se realizó en Allen, y tras ser internado, murió siete días más tarde.
Para el defensor Carlos Martínez, se debe absolver por el beneficio de la duda a su defendido, ya que la causa de la muerte fue una sepsis, "una infección generalizada que no siempre se encuentra la causa que la provoca". Dijo también que la víctima "entró al hospital con respirador, lo pasaron a terapia, luego a sala común, y finalmente murió".
Durante la jornada de ayer declararon dos de los cinco testigos que estaban previstos. Uno fue Miguel Martínez, presidente de la fundación Gauchos Libres de Allen, quien dijo que aquella noche del 29 de abril de 2007 le avisaron que había un muchacho tirado en el predio.
"Decían que Aravena lo había herido", dijo ayer, y agregó que otro de los comentarios escuchados, fue que "Garay había estado molestando a varias personas que estaban en el lugar".
El otro testigo fue Juan Aravena, hermano del imputado, quien declaró que Garay lo había "prepeado" pero que se lo llevaron enseguida. "Luego escuché bulla pero no vi lo que pasó".
A la hora de los alegatos, el fiscal Rodríguez Trejo hizo especial hincapié en el contexto en el que se llevó a cabo el hecho. Especialmente en que llevar armas blancas es parte de la indumentaria de la gente de campo y que mucha gente "que entiende de este tipo de fiestas con expectativa y que va a esos lugares, no es ajena al consumo de alcohol".
Reafirmó este concepto al resaltar que "todos los testigos reconocieron que estaban en estado de ebriedad".
Para el fiscal, "la provocación fue recíproca. Garay ura un bravucón de boca y encaró a pelear... y así le fue".
Tras mencionar que ningún testigo vio a Garay armado, señaló que "si porto un arma, me tengo que responsabilizar por su uso. Entonces, ¿legítima defensa de qué?", se preguntó.
El defensor recordó el testimonio del testigo Fica, quien declaró que "Garay se llevó la mano a la cintura como si fuera a extraer un cuchillo. Es por eso que puede ser legítima defensa".
Es más, apoyó su pedido de absolución en que "la emoción violenta está acreditada, más la legítima defensa y el estado de ebriedad".
La sentencia será leída el próximo 23 de setiembre a las 12.30 en la Cámara Primera del Crimen, que se encuentra integrada por los jueces Carlos Gauna Kroeger, Flora Susana Díaz y Mario Buffi.