Jueves 11 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. > Internacionales
El 11 de septiembre: una pesadilla que no acaba
Depresión, ansiedad, problemas respiratorios e incluso la muerte. Éstas son las consecuencias que dejaron a centenares de personas los atentados del 11-S.

Aunque ya pasaron siete años del ataque terrorista, residentes de la zona financiera, entre ellos niños, trabajadores en oficinas colindantes en la Zona Cero y aquellos que colaboraron en las operaciones de rescate, continúan sufriendo los "daños colaterales" del trágico suceso que quitó la vida a 2.751 personas.

 Ante esta situación, el Ayuntamiento de Nueva York dio un nuevo paso para afrontar el problema: una campaña lanzada esta semana y que se puede ver en el metro, la radio, la televisión o la prensa. Con el lema "¿Vivías allí? ¿Trabajabas allí? Te mereces cuidado", la campaña la protagonizan casos reales de personas que explican los síntomas físicos o psíquicos que sufren desde los atentados, como es el caso de un inmigrante que estuvo limpiando el polvo acumulado en las oficinas después del desastre.

A través de estos casos, el Ayuntamiento invita a quien sufra los mismos síntomas a pedir ayuda sanitaria gratuita que ofrece el World Trade Center Enviromental Health Center, creado el año 2006 por la ciudad para asistir a la gente enferma debido al polvo y el humo respirado que emanaba de la Zona Cero. La campaña, que cuenta con un fondo de cinco millones de dólares, se presentó la semana pasada en un acto en que el alcalde Michael Bloomberg se felicitó porque "hemos respondido a la ayuda pedida por aquellos que sufrieron problemas de salud a causa del atentado terrorista".

Bloomberg también presentó un informe realizado por el Medical Group Working impulsado por el alcalde en septiembre del 2006 y que tenía como objetivo estudiar el impacto en la salud de los atentados. Formado por diferentes investigadores y médicos, el estudio repasa más de cien artículos científicos publicados des los ataques. Según el informe, 10.000 personas pidieron tratamiento mientras que 2.800 de los que fueron tratados hasta la fecha son residentes, trabajadores y estudiantes de la zona afectada.

El estudio indica que los síntomas de trastorno por estrés postraumático continúan teniendo una incidencia alta entre el personal de rescate y los residentes en la zona financiera, mientras que ambos grupos también sufren asma y reflujo gastroesofágico. Los problemas respiratorios en general también son un denominador común entre los dos grupos junto las personas que trabajan en la zona.

Las graves consecuencias que provocó el aire contaminado ya fueron fuertemente criticados por los vecinos de la zona que en 2004 denunciaron a la Agencia de Medio Ambiente (EPA) en una demanda colectiva. La denuncia acusaba a la entonces directora de la EPA, Christine Todd Whitmann, de "indiferencia deliberada a la salud humana" cuando tres días después de los atentados la EPA dijo que el aire de la zona era seguro para respirar. El pasado mes de abril, la justicia determinó que no podía responsabilizarla de asegurar a los residentes que el aire de la zona era respirable.

El año pasado, por primera vez se contó como víctima oficial a una persona que falleció a causa del polvo respirado. Se trata Felicia Dunn-Jones, de 42 años, que murió meses después de los atentados a causa del aire contaminado respirado cuando volvió a trabajar a la zona financiera. El informe presentado por el Medical Group Working indica que al menos se dieron diez muertes, básicamente entre los que participaron en las operaciones de rescate en primera instancia, y que son "presumidas" por algunos de estar relacionadas directamente con la exposición al aire del World Trade Center. El estudio detalla que "determinar la relación precisa entre la muerte de un persona individual y la exposición a la zona del WTC es difícil".

FUENTE: DPA

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