Miércoles 10 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 33 > Policiales y Judiciales
Dos muertes dudosas y resonantes fueron accidentes

NEUQUÉN (AN)- Dos muertes, ocurridas en contextos muy diferentes pero con el denominador común de las dudas que generaron, serán rotuladas como accidentes y la investigación judicial pasará al archivo. Se trata de los casos de Martín Osés y Julia Muner Menéndez, quienes murieron ahogados en el río Limay en abril y junio de este año.

Martín Osés (23) fue visto por última vez el 6 de junio a la salida del boliche Bloke, en la avenida Olascoaga. Su cuerpo apareció en el río un mes después, sumergido a tres metros de profundidad frente al Paseo de la Costa.

La autopsia determinó que había fallecido por "asfixia por sumersión" y que no había señales de violencia ni evidencias de la agresión de terceras personas.

Esta semana la fiscalía de Graves Atentados contra las Personas recibió el informe bioquímico elaborado por la especialista Cristina Rubio, según el cual Osés había ingerido antes de morir cocaína y una importante cantidad de alcohol.

Para los investigadores, ese estado en el cual se encontraba fue la razón por la cual insultó a un joven en silla de ruedas que estaba en la puerta del boliche. El hermano lo golpeó en el rostro (esa marca en la mejilla fue la única señal de violencia que encontraron en la autopsia) y comenzó a correrlo junto con otras dos personas hacia el río Limay.

En la fiscalía, según trascendió, no quedan dudas de que Osés se arrojó solo al río confiando en sus conocimientos de natación. Pero las sustancias que había consumido más el frío de esa madrugada le jugaron una mala pasada y por eso se ahogó.

Así, la investigación quedó a las puertas de ser declarada clausurada y pasar al archivo.

Algo similar sucederá con el expediente abierto por el caso de Julia Muner Menéndez, de quien se perdió todo rastro el 17 de abril. Su cuerpo fue hallado el 21 de mayo por unos chicos que jugaban a orillas del Limay en la calle Obrero Argentino al final.

Los informes bioquímicos recibidos en la fiscalía determinaron que no había ninguna sustancia extraña -ni tóxica, ni medicamentos- en su sangre, y tampoco en sus órganos.

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