| LA HABANA (AFP)- El terrible huracán Ike dejó Cuba ayer rumbo al Golfo de México, tras provocar cuatro muertos, decenas de miles de damnificados, 2,6 millones de evacuados y gran devastación, aunque sus vientos y lluvias castigan aún a La Habana. Ike, con vientos de 120 kilómetros por hora, categoría uno (de máximo cinco), entró al mar por el pueblo de Manuel Sangily, costa norte de Pinar del Río, 120 kilómetros al oeste de La Habana, y se internaba en las aguas del Golfo, donde se puede convertir "en un huracán mayor", según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos. Aunque dejó Cuba, el devastador ciclón sacude con fuertes vientos a La Habana, que estaba paralizada, sin actividad laboral, tránsito ni comercio, con sus 2,2 millones de habitantes encerrados, bajo resguardo, sin luz ni agua potable. Ike, que sumó 66 víctimas a los más de 600 muertos que dejan en Haití los ciclones Fay, Hanna y Gustav, provocó cuatro muertos en Cuba y en su recorrido de este a oeste arrasó decenas de miles de casas, edificios, cultivos, árboles, redes de energía y de comunicación. Postes de electricidad, señales del tránsito, semáforos y árboles derribados o inclinados por la fuerza de los vientos se observaban en las calles de La Habana, recorridas sólo por alguna patrulla que advertía de la necesidad de refugiarse. | |