Un tsunami. La oferta de productos anti-age es imparable. Si todo lo que dicen sus publicidades fuera cierto, la fórmula de la eterna juventud estará al alcance de la mano, allí en el mostrador de la farmacia o en la góndola del supermercado. Pero es sabido: no todo lo que brilla es oro.
Afortunadamente, un equipo de investigadores norteamericano se decidió a tratar de determinar cuáles son los productos que efectivamente colaboran en la lucha con las huellas que deja el paso del tiempo en el rostro.
En su primer veredicto, publicado en la revista Journal of Dermatology, han sido tres los tratamientos antiarrugas que han superado la prueba a la que fueron sometidos por los expertos, es decir: que contaron con suficiente evidencia científica que avala su utilidad y su seguridad. ¿Cuáles fueron los ganadores? Las cremas tópicas que contienen ácido retinoico, las inyecciones de ácido hialurónico y la aplicación de láser resurfacing de dióxido de carbono.
Aunque completamente diferentes ya desde su mismo método de aplicación (una es una crema, la otra un inyectable y la tercera, un láser), los tres elegidos por los investigadores del departamento de Dermatología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, tienen en común el ser capaces de inducir la formación de colágeno, un tejido de sostén indispensable si lo que se busca es que la piel luzca sana y joven.
"Todos estos tratamientos mejoran la apariencia de la piel, y su capacidad para resistir las lesiones y el desgaste, al estimular el colágeno nuevo -escribieron los investigadores liderados por el doctor John Voorhees, a cargo del departamento de Dermatología de la citada universidad norteamericana. El colágeno es una sustancia de apoyo clave, que abunda en la piel joven y se produce en la capa de la piel debajo de la superficie conocida como dermis."
En un reciente comunicado de prensa, el doctor Voorheers declaró: "Hemos demostrado que si se hace que entre más colágeno, ello proporciona un ambiente en el cual los fibroblastos (las células productoras de colágeno) se recuperan y producen más colágeno".
Un círculo vicioso
Las proteínas que conforman el colágeno funcionan como un colchón que brinda apoyo y sostén a las células de la piel. "En la piel joven el colágeno es firme, elástico y abundante. En la piel que envejece la estructura de colágeno comienza a decaer"; explica el doctor Voorheers. "Tal como un colchón de espuma que, con el tiempo, se achata en algunas partes y se pliega a medida que su estructura se deteriora, la piel que envejece comienza a hundirse y se arruga cuando su colágeno está disminuido y fragmentado".
Y lo peor es que esto es un círculo vicioso: la presencia de colágeno fragmentado hace que los fibroblastos produzcan menos colágeno, lo que a su vez hace que la pérdida de tejidos de sostén de la piel sea aún mayor. Es entonces que la piel ser arruga cada vez más visiblemente. "Lo que hay es un círculo vicioso -aseguró Voorheers-. Hay que interrumpirlo o el envejecimiento de la piel está cuesta abajo."
La aplicación tópica de retinol, una forma de la vitamina A, es el primer tratamiento que demostró ser útil para combatir ese círculo vicioso. Su uso en concentraciones de entre 0,2 y 0,6% permite la formación de nuevo colágeno. Pero en algunos casos, su uso en concentraciones tan elevadas puede producir una reacción cutánea de enrojecimiento, que se cura dejando de usar la crema. Es por eso que muchos de los productos con retinol que se venden actualmente tienen concentraciones menores, lo que hace que no sean tan efectivos.
Otro de los tratamientos efectivos son las inyecciones de ácido hialurónico. Esta es una forma sintética de una sustancia producida naturalmente por la piel, que si bien fue pensada originalmente para rellenar aquellas zonas de la piel que han perdido tejidos de sostén, estudios de la Universidad de Michigan demostraron que también estimula la producción de colágeno nuevo. Lo mismo ocurre con el láser resurfacing de dióxido de carbono, que al remover las capas superiores de la piel estimula la producción del colágeno.
AGUSTÍN BIASOTTI