Martes 09 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 16 > Regionales
Suspendieron las audiencias por una semana
El presidente del Tribunal está afectado por un cuadro gripal. El juicio oral se reanudará el lunes con el cronograma que estaba previsto. Habrá nueva fecha para los testigos de ayer.

NEUQUÉN (AN/ACE).- El juicio en el que se investiga la responsabilidad de los ocho militares de la VI Brigada durante la represión ilegal en la región fue suspendido esta semana, pero las audiencias se reanudarán el lunes entrante con el cronograma que estaba previsto.

En la audiencia de ayer estaba previsto escuchar los testimonios de tres sobrevivientes del centro clandestino: Enrique Teixido, un militante de la Juventud Peronista de Roca, secuestrado tras el golpe, cuyo caso se ventila en este juicio; Roberto Liberatore y Pedro Maidana. Liberatore -de Cinco Saltos- compartió el secuestro con Teixido pero su caso no se ventila en este juicio, mientras que la denuncia de Maidana -de Cutral Co- está en la etapa de investigación que aún tiene a su cargo el juez Guillermo Labate.

Se los había citado ayer con el objetivo de que den testimonio del secuestro de los otros casos que están en juicio; como el de Francisco Ledesma, un trabajador de la UNC que en 1975 fue denunciado por Remus Tetu y que en 1976 fue traído desde la cárcel de Rawson a "La Escuelita" de Neuquén para ser interrogado por su militancia.

La suspensión de ayer se debió a un fuerte cuadro gripal del presidente del tribunal, Orlando Coscia. Según explicó el juez Oscar Albrieu, el juez suplente Armando Márquez (que estaba presente en la sala) no puede integrar transitoriamente el tribunal, a menos que la ausencia de Coscia -o de alguno de los otros jueces- fuese definitiva.

"Si asume el suplente, Coscia no podría volver y menos dictar sentencia. Está previsto el juez suplente en aquellos casos de ausencia de más de 30 días por razones de fuerza mayor, en el caso de Coscia, en 72 horas estaría restablecido de su dolencia médica", clarificó Albrieu.

La explicación del juez fue al público presente, que se mostró notoriamente contrariado por la suspensión de la audiencia y a viva voz pedía que el suplente asumiera su lugar en el tribunal para que no se interrumpiera el juicio.

En el transcurso de la semana, el Tribunal daría a conocer la nueva fecha para los testigos previstos para ayer y hoy, ya que el lunes entrante el juicio continuaría de acuerdo al cronograma que se fijó en agosto y que estipula la asistencia semanal a las audiencias hasta fines de octubre.

Por compromisos tanto de los abogados como de los testigos, se adelantó la imposibilidad de realizar este jueves o viernes las dos jornadas suspendidas; por lo que se especulaba en la sala de audiencias si se "reprogramarían" para la semana entrante en días diferentes al lunes y martes.

"Si esperamos 32 años, un día más, un mes más; no hace la diferencia", dijo ayer Teixido al salir del tribunal quien dijo estar "decepcionado" por no haber podido declarar, pero le restó importancia al retraso .

Liberatore se fue raudamente del edificio del tribunal, mientras que Ledesma (que debía declarar hoy) no se mostró contrariado por la demora en la citación ante los jueces.

Como en cada jornada del juicio, los sobrevivientes y sus familiares aprovechan la ocasión para saludarse al inicio y al término de cada jornada en la vereda del tribunal. Muchos no se han visto en más de 30 años, y así ocurrió ayer entre Teixido y Eduardo Buamscha (otro sobreviviente de los centros clandestinos que funcionaron durante la dictadura), quienes se confundieron en un abrazo ayer cuando se encontraron en la vereda.

"Yo vengo a acompañar a los compañeros", explicó también Oscar Paillalef, que ya dio testimonio la semana pasada de su secuestro y detención clandestina en "La Escuelita". Ayer, había venido a escuchar la declaración de Teixido ante los jueces, una persona con la que compartió el cautiverio por su condición de militantes justicialistas y a la que tampoco ve hace muchos años debido a que Teixido no vive más en la región.

Aunque no se hizo la audiencia, para informar de la suspensión de la jornada se produjo todo el inicio del juicio: los cuatro procesados que asisten a las audiencias entraron a la sala en medio del repudio del público que le entona cánticos toda vez que se realiza el inicio de cada día testigos y le enrostran su condición de acusados en este juicio.

A la salida, los que esperan afuera (con menos decoro que adentro del tribunal) también les gritan y los insultan.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí