SANTIAGO DE CHILE (DPA) - El gobierno chileno negó ayer que existan nexos entre la guerrilla de las FARC, partidos de ultraizquierda y supuestos grupos radicalizados mapuches que exigen restitución de tierras en el sur del país. "No hay ningún antecedente en los informes que han sido entregados (por Colombia) que permita concluir la existencia de vínculos (armados)", dijo el subsecretario de Interior, Felipe Harboe.

La relación, denunciada por la oposición de derecha, sólo está remitida a respaldos "políticos" mutuos, según el funcionario. De esta forma, el gobierno restó validez a la filtración de un hipotético correo electrónico que habría figurado en el computador del fallecido líder de las FARC, Raúl Reyes, en el cual una persona que decía representar a grupos mapuches pedía entrenamiento militar. La situación además provocó la reacción del opositor Partido Comunista, una de las entidades políticamente más cercanas a las FARC en Chile, y que acaba de lograr un pacto electoral con el gobierno para los comicios municipales de octubre. El presidente del PC, Guillermo Teillier, acusó a la derecha de armar un montaje. "Decimos responsablemente que es un embuste".

El senador Alberto Espina, quien entregó el informe al Ministerio Público, dijo que "el gobierno debe explicar al país qué ha ocurrido con esta vinculación durante tantos años, porque hasta ahora las labores de inteligencia no han tenido éxito, porque los hechos de violencia (en la IX región de la Araucanía) siguen repitiéndose".

En tanto, el vocero de Gobierno Francisco Vidal consideró como "irresponsable" la actitud del senador Espina . "Esta información la tenían tres personas: el Fiscal Nacional, el director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) y el senador Espina (...) y la convicción del Gobierno es que no la publicó ni el Fiscal Nacional y menos el Director de Inteligencia (...). Haber colocado eso en un diario es una irresponsabilidad y atenta contra el objetivo del gobierno", dijo Vidal.

Según el funcionario, los lineamientos del gobierno apuntan a erradicar cualquier infiltración, "no del pueblo mapuche, que es mayoritariamente pacífico", sino que de algunos grupos radicalizados. El gobierno enfrenta críticas desde la derecha y los empresarios por su manejo de las protestas de la etnia mapuche, que reclaman predios privados que los indígenas consideran suyos por derechos ancestrales.