Domingo 07 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 47 > Cultura y Espectaculos
LA PEÑA: Los que aplaudeny los que no

Los mejores y los peores veredictos parten del mismo lado, siempre del mismo lado, pueden significar él éxito o el fracaso, aunque muchas veces estén teñidos por cuestiones mediáticas, por modas o vaya uno a saber por qué.

El público, sí el público del que nunca hablamos, ese que está cara a cara con los mejores y peores exponentes de la música , es el que manda en cuestiones comerciales, el que sirve de excusa para volver a contratar o no a una misma fiesta y el que también puede ser el sinónimo del despegue de quien apuesta al presente y al futuro en materia musical.

Y cuánto tiene que trabajar un profesional sobre el escenario para conseguir la aprobación del público, que una vez lograda suele ser incondicional. Es que como suelen decir por lo bajo los famosos, además de otras tantas muletillas como que nos debemos al público o el publico es el que manda, admiten que una vez que se metieron a la gente en el bolsillo y gustó el estilo, es posible que ese mismo público en cada punto del país sea un fiel seguidor y recomendador de lo que son capaces de hacer.

Me tocó ver hace años en el Festival del Fuerte en Catamarca a Los Guaraníes, que recién comenzaban a recorrer el camino que en otro tiempo recorrieron los Cantores del Alba. Eran el número previo a la presentación de Soledad en pleno apogeo. Tenían la difícil misión de enfrentarse a un´público que sólo esperaba a Soledad, con todo lo que eso significaba en su momento. Y no lograban el apoyo de la gente a semejantes voces, impecables, capaces de hacernos volver a varias décadas atrás en los recuerdos.

Y pasaron un tema, dos, tres, cinco, hasta que el líder del grupo se plantó en el escenario y les dijo: "Está visto que no tienen ganas de escucharnos, nosotros no podemos obligarlos a que nos aplaudan, ¿qué les pasa que están tan fríos?. Hagamos una cosa, cantamos el último tema y nos vamos".

Y la apuesta fue grande. Toda una cancha de fútbol, repleta de gente llena de carteles por Soledad, se quedó en silencio. Apagaron las luces y Los Guaraníes hicieron una brillante presentación de Malagueña. Cuando el tema estaba en la mitad, el público se empezó a poner de pie y a aplaudir a los salteños que venían remándola desde el comienzo. Cuando terminaron, la ovación convirtió lo que parecía fracaso, en un enorme respaldo. Y no sólo no se fueron, sino que cantaron por un buen tiempo más de lo previsto.

Este verano, en Cosquín, el respaldo de la gente a Abel Pintos era más que tibio, tal vez porque tiene un estilo no tan folclórico, es un género el que él hace que resulta difícil de definir. Y era un veredicto duro el de la gente. Pero se animó al desafío y cantó a capela El Antigal, con las luces de toda la plaza apagadas y una sola que lo enfocaba a él. Se fue ovacionado y con el premio de revelación de Cosquín bajo el brazo.

Pero no siempre la gente tiene razón. Escuché a Horacio Guarany en el final de su carrera cantando bastante mal y la gente lo aplaudía de pie. Tal vez no por la calidad de su canto en esa presentación. Lo aplaudían por su trayectoria, por ser ídolo, por haber hecho tanto por el folclore.

Y la gente suele escuchar poco en los festivales, va predispuesta a prestar atención sólo a los que les gusta, al resto no quieren darle ni una oportunidad.

Las presentaciones de Jairo suelen ser impecables, pero pocas veces el público lo aplaude a rabiar. Es que el estilo de Jairo no es popular, pero sí excelente.

Es decir, los que suben al escenario saben que se enfrentarán a los medios, a los caprichos, a las modas, al marketing y que posiblemente la evaluación que hagan de su presentación sea injusta, pero como siempre se dice, es el que paga la entrada y por lo tanto se arroga el derecho a dictaminar quién tiene condiciones y quién no.

Claro, el camino recorrido cuenta y mucho. Sino cómo se explica que a Mercedes Sosa la aplauden apenas la ven aparecer en el escenario. Al Chaqueño lo idolatran, eso es éxito anticipado y sin que nadie les regalara nada, pero también es un premio a la trayectoria.

 

JORGE VERGARA

jvergara@rionegro.com.ar

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