El día que cumplía 76 años, Eduardo Bergara Leumann, murió. El actor, showman, vestuarista y escenógrafo falleció ayer a la madrugada en su casa de Luis Sáenz Peña 541, última residencia de la famosa Botica del Angel, que había inaugurado en diciembre de 1966, en la calle Lima.
Artista irreverente, inclasificable y nómade, Bergara Leumann unió como nadie una profunda sensibilidad, una indeclinable pasión por el trabajo, la capacidad de convocar gente de procedencias diversas y un sentido del humor superior para crear un personaje que se transformó en uno de los principales promotores de cultura de la ciudad de los últimos 50 años.
Nacido en 1932, Bergara Leumann -que alguna vez se definió a sí mismo como "argentino, hijo único, sincero y goloso"- debutó en el teatro a los 20 años con "Pregón federal", una obra que escribió, actuó y de la que creó también la escenografía y el vestuario.
En 1955 hizo su primera incursión en el cine en el filme "La simuladora", de Mario Lugones, que le deparó su primera gran frustración artística y a la que siempre identificó como el origen de su adicción por la comida. Sucedió que en el filme, Bergara Leumann jugaba un rol protagónico pero que en la mesa de montaje se fue reduciendo hasta un papel intrascendente, destruyendo todas sus ilusiones de transformarse en un actor de renombre.
En las décadas del 50 y el 60, el "Gordo", como le decían sus amigos, incursionó en el área de vestuario y escenografía, siendo el director de la sastrería del Teatro General San Martín en 1964 y vestuarista de Canal 13. De hecho la primera Botica del Angel, que inauguró con un recitado Lola Membrives y por donde debutaron entre otros Susana Rinaldi y Horacio Molina, era originalmente una sastrería teatral, que se convirtió en el primer café concert de la ciudad luego de que un carpintero le entregara una tarima excesivamente amplia como probador, a la que transformó en el escenario de aquel mágico reducto cultural y artístico.
Inaugurada el 7 de diciembre de 1966, todas las grandes luminarias artísticas del país pasaron por la Botica del Angel, muchos de cuyos números contaban con vestuario y escenografías diseñadas por plásticos como Berni, Roux, Castagnino y Soldi, que pintó también una pequeña cúpula de la casa de 5 x 30 metros del barrio de Monserrat.
Desde Niní Marshall a Tania, Antonio Gasalla, Leonardo Favio, Haydée Padilla y Nacha Guevara, prácticamente todos los grandes de la escena nacional actuaron en algunos de los números que se presentaban en el reducto, en el que Bergara Leumann recibía personalmente dando pie al primer café concert de la Argentina.
"Botica fue lo que es el país: un cóctel", dijo alguna vez refiriéndose al reducto que funcionó desde su creación hasta comienzos de los 70 en Lima 670, y que luego se mudó a la calle Luis Sáenz Peña.
Ausente del país entre 1974 y 1980, época en la que colaboró con Federico Fellini en el filme "Casanova" y actuó en "Calígula", de Tinto Brass, en su vuelta a la Argentina traslada el formato de Botica del Angel a la televisión bajo el nombre de "Botica del tango". Con menos informalidad e irreverencia, en el ciclo televisivo que mantuvo casi por una década recreó el mismo clima de su café concert y reunió en un gran entretenimiento popular figuras tan disímiles como Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Raúl Lavié, Tania, Niní Marshall, Libertad Lamarque y Mirtha Legrand. Desmejorado físicamente en sus últimos años, una madrugada de septiembre, cuando cumplía 76 años, Bergara Leumann se retiró del mundo en silencio, como un ángel que huye al rayar el día. (Télam).-