NEUQUÉN (AN).- El hombre que es historia caminó lento y seguro, escuchó agradecido los elogios de personas de otros partidos, de tipos jóvenes que apenas conoce y recibió las caricias de su gente, de su familia y -en fin- de la multitud que ayer por la tarde colmó la sala de sesiones del Concejo Deliberante de Neuquén.

Felipe Sapag -cinco veces gobernador de la provincia- fue declarado ciudadano ilustre de Neuquén, recibió las llaves de la ciudad, habló de política, hizo chistes, desempolvó anécdotas... Y hasta se ubicó más allá de la vida, para imaginar y describir un encuentro con sus hijos Ricardo y Enrique, asesinados durante la dictadura militar.

El acto promovido por el bloque de concejales de la UCR fue humilde en el agasajo e incluso confesó que el miércoles debió ser internado pero "no era mi hora".

"Cuando el concejal (Horacio) Baldo me llamó le dije que no, que no quería, que le agradecía, no entendí todo lo que me decía, porque ¿saben una cosa? estoy muy sordo. Por eso, cuando fue a mi casa y me dijo que era de a UCR no lo podía creer", admitió. Acaba de cumplir 91 años.

"Yo por esto de la edad ando bastante encorvado, voy a tener que esforzarme para sacar pecho", dijo en otra de las intervenciones que despertaron la risa de la multitud. ¿Quiénes estaban allí?: Autoridades de todo los colores políticos, familiares, vecinos, amigos, ministros, funcionarios de ahora y de hace veinte años y a su lado, su esposa Estela Romeo y sus hijos Silvia y Luis.

Sapag habló durante media hora, pero antes escuchó atento y agradecido al presidente de Concejo Deliberante Néstor Burgos, al edil del MPN Luis Jalil -quien fue ministro e intendente en diferentes gestiones de Felipe- y sobre todo a Horacio Baldo, quien brindó un discurso elogioso y contundente. Sin salamerías y con solidez, el presidente de la bancada radical cosechó reconocimientos.

El referente político más importante en la historia de Neuquén se tomó algunas cosas con humor. Dijo que era increíble que el radicalismo homenajee a alguien de un partido que "nunca los dejó llegar a la gobernación" y anticipó que la "próxima vez" votará por ellos. También se tomó el tiempo para elogiar al gobierno nacional "es mejor que todos los que tuvimos antes, cuando desapareció la industria y llegamos casi el 30% de desocupación" y sin nombrarlo criticó al anterior gobierno neuquino: "no se hizo nada en esos años". Y a modo de profecía dijo que las Islas Malvinas serán argentinas cuando Neuquén tenga cinco millones de habitantes: no harán falta intervenciones militares ni acciones diplomáticas", sentenció.

"No tenemos miedo de estar con San Pedro, tenemos (con su esposa) ganas de estar con ese gran maestro que es Jesús, y abrazar muy fuerte a nuestros hijos Ricardo y Enrique", agregó luego. Fue el momento más emotivo. Los aplausos retumbaron en la sala y en la planta baja, donde había una pantalla gigante y más gente.