Miércoles 03 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 36 > Sociedad
Isabel, puntal de los ladrilleros que resisten el destierro
Nació en Allen y pelea para seguir con la tradición laboral de la familia. Se queja porque la actividad quedó concentrada en muy pocas manos. Reclama que el Estado garantice tierras en la Colonia 12 de Octubre.

ALLEN (AA).- Isabel Castro tiene pocas esperanzas de poder continuar con la tradición laboral que le transmitieron sus padres, pero pelea. Hace 23 años que vive junto a su flamilia en la Colonia 12 de Octubre de Allen y desde que los Castro se asentaron en ese sector, siempre se dedicaron a la elaboración de ladrillos. Actualmente y debido a la escasez de parcelas fiscales que les permitan extraer tierra para fabricar los ladrillos, la familia Castro está a un paso de la extinción como ladrilleros locales.

Cada vez son menos los trabajadores ladrilleros argentinos que subsisten en la Colonia 12 de Octubre. Es que desde hace ya algunos años la comunidad boliviana fue ganando terreno en la industria del ladrillo, reemplazando casi por completo a los horneros nativos.

Con mucho dolor, Isabel es testigo de cómo en la actualidad el negocio ladrillero va concentrándose en manos de unos pocos y dejando a su familia sin posibilidades de seguir en esa actividad. "Mis padres llegaron a la Colonia 12 de Octubre hace 23 años y desde ese momento comenzaron a fabricar ladrillos. Mi familia fue una de las primeras en instalarse en esta zona y con mucho esfuerzo la convirtieron en productiva. Hoy la realidad nos afecta casi de manera trágica, no tenemos acceso a la materia prima para fabricar los ladrillos y no nos quedó otra opción que alquilar nuestro horno", señaló.

Si bien ella se puso al frente del reclamo, alrededor de diez horneros locales se encuentran en la misma situación, sin acceso a tierras gredosas para fabricar los ladrillos. "Antes era muy distinto, subíamos a las bardas y siempre encontrábamos algún lugar para extraer tierras. Pero ahora todo es privado y las tierras aptas para hacer ladrillos están en poder de pocos, que son los que manejan prácticamente toda la producción ladrillera. Nadie nos quiere vender tierra y también, a pesar de que hemos hecho varias gestiones ante Minería, no se nos ha brindado la posibilidad de acceder a una cantera", resaltó la mujer.

Isabel relata que en una de las últimas temporadas que trabajaron su horno de ladrillos, el Allen Automoto Club les vendió tierras por un monto de 15 mil pesos, pero que luego -cuando quisieron hacer una nueva compra- se les negó esa posibilidad.

"Estamos en desigualdad de condiciones y creo que desde el Estado, por ser nativos de este lugar, se nos tendría que dar algún tipo de ayuda. Acá en la Colonia 12 de Octubre un empresario boliviano acaparó casi toda la industria del ladrillo, dejándonos sin chances de competir. El gobierno está ausente, nadie viene a controlar cómo los obreros trabajan en pésimas condiciones, sin higiene, sin seguridad y en negro. Hasta los chicos y las mujeres embarazadas bolivianas arman las hornallas de ladrillos", agregó.

Una rápida recorrida por la Colonia 12 de Octubre sirve para observar cómo con mayor frecuencia los horneros locales desaparecen.

Con pocas esperanzas de que la situación cambie, Isabel y su familia temen que a futuro deban tomar otra determinación. Si bien hace algunos meses alquilaron su horno de ladrillos, aun se resisten a pensar en la idea de vender su propiedad y marcharse de la Colonia 12 de Octubre.

"Queremos trabajar, sólo es eso lo que pedimos, que alguien nos de la posibilidad de acceder a tierras para reanudar nuestra actividad como ladrilleros" concluyó.

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