Argentina cancelará con reservas monetarias del Banco Central la deuda con el Club de París, valuada en unos 6.706 millones de dólares, anunció sorpresivamente ayer la presidenta Cristina Kirchner, en una decisión celebrada por industriales, economistas y los Estados Unidos.

Desde la oposición, sin bien elogiaron el anuncio, advirtieron que el uso de reservas no puede ordenarse por decreto y deberá ser aprobado por el Congreso.

La medida constituye la decisión más importante que ha adoptado Cristina Kirchner desde que asumió la jefatura del Estado.

Al margen de los apoyos y las críticas, la determinación le permite al gobierno retomar la iniciativa política y salir de la parálisis en la que cayó tras la dura derrota parlamentaria por las retenciones móviles a las exportaciones agrícolas.

Con este anuncio, el Poder Ejecutivo aspira a empezar a dejar atrás el aislamiento financiero internacional que acosa al país, de cara a un 2009 en el que crecerán los vencimientos de la deuda pública.

"Instruyo al ministro de Economía (Carlos Fernández) para que utilizando las reservas de libre disponibilidad del Banco Central cancele la deuda del Club de París", dijo la presidenta en un discurso ante empresarios para celebrar el Día de la Industria.

Las reservas del Banco Central alcanzan a unos 47.000 millones de dólares.

La decisión de cancelar la deuda con el grupo de naciones más poderosas significa "un paso más en la política de Estado de desendeudamiento" y "trasunta y reafirma la voluntad de pago de los compromisos financieros de la Argentina por parte de una administración que no los contrajo", destacó la presidenta.

El anuncio fue saludado de pie y con una aclamación por empresarios, ministros y gobernadores, que colmaban el Salón Blanco de la Casa Rosada, en un acto en el que se anunciaron medidas de promoción para el sector industrial. 

"Esta es toda una definición. Creo que va a tener una repercusión muy positiva, local e internacionalmente. Imagino que a los acreedores les va a caer bien (el anuncio). Va a dar la posibilidad de descomprimir la situación y a las empresas de mejorar el financiamiento", dijo el presidente de la Unión Industrial Argentina, Juan Carlos Lascurain.

Tras el anuncio, el índice líder Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires revirtió la tendencia a la baja, pero no fue suficiente para evitar cerrar con un rojo de 1,17%. Los bonos de la deuda -otro foco de atención para monitorear la reacción de los mercados- tuvieron rendimientos dispares, pero con escasos movimientos en las cotizaciones, que en ningún caso superó 1%.

La jefa de Estado especificó que la deuda con el Club de París asciende a 6.706 millones de dólares y que los principales acreedores son: Alemania, con 30 por ciento; Japón, con 25; Holanda, con 9; Italia y España, con 8; y Estados Unidos, con 7.

También remarcó "su fecha de corte es del 10 de diciembre de 1983, por lo que tiene la edad de la democracia y 45 por ciento de esa deuda, inclusive, es anterior". "Hoy leía en los diarios una frase del señor presidente del Banco Central, el doctor Martín Redrado, que decía que 'el pasado nos condena a los argentinos'. Y tenía razón, el pasado nos condena. El problema es que muchas veces esas figuras económicas o políticas con responsabilidad en ese pasado enjuician y levantan dedos admonitorio en este presente como si nada hubiesen tenido que ver en aquello que nos pasó", aseveró.

Luego la presidenta indicó que la deuda con el Club de París "debe ser una de las más genuinas porque casi la totalidad fue dedicada a prefinanciación de exportaciones, no es de carácter financiero", y recordó que la última renegociación que se hizo fue en los años 1991 y 1992. "Pero como el resto de la deuda, era objeto de permanente negociaciones hasta que en el 2001 se declaró el default y actualmente la deuda del Club de París es defaulteada y no había sido abordada en su renegociación", agregó.

(AFP, DyN y Redacción Central)