CHIMPAY (AVM).- Misteriosamente apareció quemado el montecito ubicado en la zona de campo donde los investigadores encontraron el 23 de mayo el cuerpo sin vida de la pequeña Sofía.
La desaparición de la nena de tres años causó estupor en la gran mayoría de la creyente población chimpayense que en los días posteriores a dicho episodio comenzó a pedir por la aparición sana y salva de la nena, aunque nada de eso ocurrió.
En la tarde del 23 de mayo los investigadores se encontraron con lo que no querían, aunque lo intuían: el cuerpito de Sofía estaba semienterrada y escondida en un lugar descampado a varios kilómetros de Chimpay por la ruta 22 en dirección al Alto Valle, donde algunas casas recién aparecen a muy lo lejos.
Desde ese momento, mucha gente comenzó a utilizar el lugar -que emocionalmente impacta, en el medio del monte, a diez metros de una calle de chacras y con un canal cerca- como una especie de santuario donde dejaban cartas, rosarios, fotos, cintas rojas, velas, flores y cadenitas.
Sorpresivamente, en la tarde del sábado pasado, el lugar había había sufrido una alteración de su geografía. El montecito estaba totalmente quemado y lo único que resistió a la voracidad de las llamas fue una cruz de madera que se mantiene erguida. De lo demás quedaron cenizas.
Consultadas fuentes policiales por el hecho dijeron desconocer en absoluto lo sucedido.
Las especulaciones por lo ocurrido rondan en alguna intencionalidad que podría partir de amigos de Carlos Antonio Juárez (padre de la nena y único detenido por el aberrante caso que tuvo repercusión nacional) o de personas inescrupulosas a los que nada les importa.
Otra posibilidad, aunque lejana, es que la acción del viento haya tirado una de las velas y se prendiera fuego el lugar, aunque esta posibilidad es extraña, puesto que de ser así de debería haber extendido por todo el monte y no tan sólo donde estaba hecha la cueva.