NEUQUÉN (AN).- Al igual que en otros escritores, el desierto ejerce una fascinación muy fuerte para el poeta, cuentista y ensayista Aldo Luis Novelli. Convencido de que "de los grandes desiertos del mundo la palabra es el más poblado", el poeta neuquino se anima a penetrar ese paisaje simbólico sin palabras -en el que todo es falta y exceso- para tejer sus vivencias. Y desnudarse ante los lectores.
Lo hace con el último libro de poemas "Desierto" (publicado por Ediciones Llantodemudo en 2007) que presentará el próximo viernes. Ahí lo acompañarán los escritores Ricardo Fonseca (el primer maestro que le "hizo tomar un compromiso fuerte con la palabra") y Alejandro Flyn, con la música de César Cabezas, Gabriel y Fabián Henríquez.
Novelli vive en Neuquén, pero pasó su infancia en Challacó, un campamento petrolero en medio de la geografía patagónica. O sea que la inmensidad rica y desolada aparece recreada por el autor en su poesía, con lenguaje asequible y frontal, dotada de una potencia notable. Donde no falta ese golpe de efecto, la última línea necesaria muchas veces para "levantar" el texto.
Dividido en cuatro partes, el libro propone de alguna forma un recorrido por el mundo de
Novelli. Comienza con el capítulo "Andando el viento", la continuación y cierre de un libro anterior ("Agonistas del fin del mundo" 2004) en el que Novelli recopila su infancia en Challacó.
El desierto, la arena, la luna, los pájaros, las arañas peludas, atraviesan cada línea desde las primeras imágenes ("El dragón verde salió de las matas de jarillas y avanzó lentamente hacia mí...") hasta las últimas ("..entre la arena del desierto, así por las noches recogía brillantes fragmentos de estrellas ilusorias").
En el segundo capítulo, "En el bar", el Novelli observador deja registro de los encuentros amorosos, de las penas muertas con ginebra, de las soledades y tantas horas de filosofía al paso. "El bar fue mi segunda casa, ahí pasé muchas horas de mi vida", dijo el escritor.
El recorrido continúa por "El último viaje", un tercer capítulo donde el autor deja registro de la necesidad de estar en otra parte, seguido de su propia sombra. "Es por todos los viajes que uno realiza y la idea del viajero que es muy fuerte en Patagonia", asumió el escritor que sorprendió a su maestra con su pluma cuando tenía diez años y leía a los superhéroes.
"En los bordes de la ciudad" es el título de la última parte que cierra la reflexión poética de Novelli condensada en "Desierto". "En esas palabras estoy yo que vivo cerca de un barrio marginal" advierte sobre los versos en los que desfila el paisaje urbano de la periferia neuquina.
Quien se interne en la poesía de Novelli se encontrará con un poeta social consustanciado con el paisaje que lo rodea. O, mejor dicho, un poeta seducido por la infinitud de un cuerpo "inmenso y desierto" que "como la mujer, invita a ser recorrido".