El cantante y letrista Adrián Otero se lanzó como solista luego de casi 30 años al frente de la emblemática Memphis la Blusera y editó "Imán", un disco fresco que combina baladas, blues, funk, tango y música disco.
Otero disolvió la agrupación en diciembre del año pasado y decidió internarse otra vez en rehabilitación por su adicción al alcohol, ya con la idea de hacer algo en forma solista.
En marzo, el ex tecladista de Memphis Germán Wiedemer apareció en la casa de Otero con un demo de ocho canciones, y el cantante se puso a trabajar en las letras y así en junio entró a grabarlo.
En "Imán", el debut solista de Otero, participaron los ex Memphis Wiedemer en teclados, dirección y autor de todas las músicas, Marcelo Mirá en batería, más Silvio Furmansky en guitarras y Guillermo Vadalá en bajo.
-¿Cuándo surgió el anhelo de hacer algo solista, de salir del formato de La Blusera?
-Esto fue consecuencia de una cosa que yo en realidad no quise, pero me vi en una circunstancia que me empujó a pensarlo, en principio, a conversarlo con mi gente más allegada, mi mujer, mis amigos más cercanos y luego tomé la decisión. Trabajé todo el mes de diciembre pensando en internarme en enero para desintoxicarme de mi adicción al alcohol. A partir de ahí empecé a perfilar la idea y en febrero lo materialicé. Me puse a escribir canciones y en marzo empecé a grabar, pero en forma de demo. Esto fue tan rápido que se me pasó volando, ya en junio estábamos en el estudio de grabación y a fines de ese mes teníamos el disco terminado.
-¿Quisiste hacer un disco que no se pareciera a los sonidos con los que estás identificado, el blues y el boggie?
- No es que quisiera hacer un disco distinto, me dejé llevar por lo que me imponía el momento. No es que me impuse hacer eso. De la clínica salí muy contento, muy optimista, con muchas ganas de vivir, pasé momentos muy fuleros y me salió el disco bien arriba. Tiene mucha más alegría, porque a esta altura de mi vida podría haber hecho un disco de baladas para la gente mayor, medio "bobi".
-¿Pensaste en un disco jazzero?
- Claro, podría haber tirado para ese lado y es una posibilidad que puede ser para el próximo disco, porque para éste estaba lleno de electricidad, de ritmo, era hora de vivir, tenía ganas de escribir, de cantar que estaba todo bien. Valoré la vida de una manera que no había valorado nunca. Cuando uno está enroscado pasa por alto muchas veces que está vivo.
-¿Ya le escapaste varias veces a la muerte?
-Como tres veces. Cuando era chico tuve un accidente automovilístico, después ya estando en Memphis tuve una infección hepática que me tuvo internado muy grave, y ahora esta internación.
- En el disco metiste música disco, baladas, blues y funk.
-Sí, tiene de todo, inclusive metí tango, porque una vez me invito Ariel Ardit a cantar con él y me dio ganas de hacer un disco de tango, pero eso fue un delirio. El compositor de la música fue Germán, de hecho la música salio rapidísima. El primer día me trajo un demo con 8 canciones y dije 'bueno, ¿ahora que hago?'. No sabía por donde empezar, además el desafío era escribir sobre la melodía, sobre la música. Yo nunca había hecho eso, yo siempre ponía la letra y después buscábamos el tono, o sea la armonía, la melodía se iba buscando ahí, medio a la gaucho, a lo ignorante digamos.
Esta vez la propuesta era más parecida a como se escribía cuando se juntaban los compositores en serio. Era una propuesta más del oficio, más del que sabe escribir la letra arriba de la música, ¿no? Y eso creo que fue el desafío más grande. Y otra curiosidad es que es la primera vez que quedo contento de cómo canté. Escucho el disco y digo, está bien cantado, no es que digo hubiera ido por este lado, hubiera hecho esto otro. Me parece que en esta oportunidad se dio todo muy limpio.
- ¿Tuviste en cuenta lo que había pasado con la carrera de otros vocalistas que se abrieron, como Iván Noble, Vicentico y El Bahiano?
-Sí, lo que pasa es que cada uno vivió una experiencia distinta. Cada uno se abrió por motivos diferentes y cada uno vive su propia experiencia. Yo en este caso tenía que hacerlo sí o sí, así que no me puse a reparar mucho en cómo actuó fulano o mengano. (Télam)