Cada día que pasa es un día que se hace justicia y es un día menos de impunidad, dijo David Lugones al finalizar su testimonio ante el Tribunal Oral Federal de Neuquén en el jucio por los crímenes cometidos durante la dictadura en "La Escuelita".
Con su testimonio junto al de Benedito Bravo y Oscar Paillalef comienzan a declarar las víctimas de la región.
Durante más de 2 horas Lugones brindó un pormenorizado detalle de su secuestro a pocos días del golpe, en la localidad de La Plata y su posterior traslado a Neuquén 9 meses después.
Lugones era estudiante de la facultad de medicina donde militaba en el centro de estudiantes. Fue secuestrado el 27 de marzo del 76 junto a su hermano y luego de un allanamiento a la casa de sus padres en Neuquén.
Primero estuvo unos días detenido en la comisaría octava donde fue sometido a un interrogatorio durante el cual se le informó la existencia de una denuncia en Neuquén.
Luego quedó a disponibilidad del POder Ejecutivo Nacional y fue trasladado al Unidad Penal 9 de la Plata donde permaneció casi 9 meses y sufrió golpizas y castigos, de manera sistemática, como otros 2 mil presos que estaban allí.
A fines de diciembre fue trasladado a Neuquén a cargo del mayor Farías en un vuelo comercial. "Iba sin esposas, siguiendo a Farías y escoltado por dos personas, bajo amenaza de que si intentaba algo me reventaban'", relató Lugones. Tras convidarle gasesosa, Farías le adelantó "ahora en neuquén, vas a ver cómo es la cosa", recordó Lugones.
Al llegar al aeropuerto de Neuquén, lo sacaron por la puerta de un costado y lo llevaron a la U9 desde donde al otro día lo llevaron a un lugar que más tarde reconoció como la Escuelita, vendado y esposado.
Allí, mientras estaba desnudo y esposado a una cama escuchó un diálogo entre dos personas. "Soy de Neuquén pero estudiaba arquitectura en La Plata, quisiera ver a mi familia" oyó y reconoció al momento la voz de Oscar Ragni. Lugones recordó que sabía que se lo habían llevado a OScar porque su padre le contó cuando lo visito en el penal de la Plata.
En La Escuelita estuvo detenido unos 4 o 5 días durante los cuales fue sometido a un interrogatorio, a picana eléctrica y luego lo llevaron al comando donde permaneció unas horas y más tarde lo pusieron en libertad y el mismo el mayor Farías lo llevó a su casa.