BUENOS AIRES (DyN).- El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, exhortó ayer a los cristianos a oponerse al aborto, a pesar de que los acusen de "anticuados, santurrones o chupacirios", y denunció situaciones de explotación y esclavitud de niños en la ciudad.
"Vale la pena luchar por la vida, no es perder el tiempo. El premio es tener un chico en los brazos", subrayó el purpurado porteño al presidir la misa por los 15 años del santuario de San Ramón Nonato, considerado por los católicos el patrono de los niños por nacer y las embarazadas.
El primado argentino aseguró que "hay mucha gente que excluye a los chicos, y no los quiere, porque molestan", pero valoró que en el santuario del barrio porteño de Villa Luro se siga luchando por los niños en el vientre materno y acompañando a "los papás que quieren un chico, pero no viene".
Tras asegurar que los escarpines son "una insignia de victoria frente a quienes no quieren los chicos", Bergoglio advirtió que hay un grupo "peor" porque "esclaviza, usa y explota" a los niños en la ciudad de Buenos Aires.
"Hay chicos esclavos por la droga, cuando los usan de mulitas. Chicos esclavos en los talleres clandestinos, que trabajan por un sándwich de mortadela", reiteró el primado al recordar episodios recientes.
Bergoglio insistió en denunciar situaciones de esclavitud, sobre todo cuando "los chicos son obligados a tirar carros con cartones y son explotados por la mafia de los cartoneros. O son usados por pandillas de arrebatadores, caen en la trata de la prostitución, y son objeto de abusos, o chicos vendidos para trasplante".
"Como si esto fuera poco, en vez de que haya gente que se ocupe de solucionar esta trata de chicos, todavía piensan cómo pueden hacer nuevas disposiciones (legislativas) para que los chicos no vengan sino que los matemos en el seno de la madre", cuestionó.
El purpurado reconoció en este sentido que "si uno grita le dicen anticuado", por eso destacó que desde hace 15 años desde el santuario a San Ramón Nonato se "esté gritando por la causa de la vida".
Al término de la misa principal, que llevó por lema "Gratitud y alegría por estos años siendo mensajeros de la vida", el cardenal Bergoglio bendijo a quienes llevan las imágenes de San Ramón Nonato casa por casa.
El templo recibió ayer un multitud de fieles, en especial embarazadas o matrimonios con intenciones de tener un hijo, quienes fueron bendecidos por el presbítero Antonio Panaro, párroco de San José del Talar, donde se venera la imagen de Nuestra Señora que Desata los Nudos. También se regalaron escarpines y se pidió a las futuras mamás que cuando nazcan sus bebés traigan otros para aquellas que están en la misma situación.