Domingo 31 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 10 > Regionales
Nueva afluencia de denuncias en la fiscalía federal
Sobrevivientes de la represión identifican otro centro clandestino. Se trata de comisaría de Cipolletti, donde se torturaba a los detenidos.

NEUQUÉN (AN/ACE).- La fiscalía federal de Neuquén recepcionó once nuevas denuncias de sobrevivientes de torturas, que plantearon sus casos para que se los investigue en el marco del juzgamiento a los delitos de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura en el Alto Valle.

De las nuevas actuaciones se supo que la comisaría de Cipolletti, que hasta el momento se tenía como un lugar "de paso" de los detenidos desaparecidos -que eran trasladados a la U9 o a "La Escuelita" en Neuquén-, funcionó como un centro clandestino durante los primeros meses del golpe militar. En el lugar los detenidos, cuya presencia era negada a los familiares, eran sometidos a prolongadas sesiones de tortura que eran aplicadas por policías provinciales.

En el caso de la policía neuquina, la mayoría de los testimonios aseguraron que participaba de los "grupos de tareas", pero la intervención directa en los tormentos fue mayoritariamente reservada a los militares y al personal de inteligencia.

De las nuevas presentaciones que se hicieron en la fiscalía, varias son de personas que habían sido mencionadas por otras víctimas que las reconocieron en Neuquén en 1976, pero nunca se habían presentado para que se investigue por ellos.

En los últimos meses la fiscalía recibió a ex integrantes de la juventud peronista de 1976, que señalaron el accionar de la comisaría de Cipolletti como un lugar clandestino de detención donde se aplicó la tortura en búsqueda del nombre de otros integrantes de la agrupación.

Se describió a la comisaría con una gran presencia de mujeres-víctimas, de las cuales pocas han realizado su denuncia; se detalló que los policías aplicaban interminables golpizas, que derivaban en la rotura de huesos, pérdidas de piezas dentarias, y también el "submarino".

Algunos policías sacaban en la medianoche a las víctimas para que señalaran las casas donde vivían los militantes del PJ. En otras oportunidades los llevaban a la medianoche a una zona de campo de Cordero, donde les hacían cavar.

De los once casos presentados desde abril, seis fueron presentaciones de sobrevivientes que aseguraron haber sido detenidos en la comisaría de Cipolletti durante los primeros meses del golpe militar de 1976, torturados a cara descubierta, e inclusive retenidos allí para salir a la noche a la zona de bardas o a dar vueltas en busca de otros compañeros. "Surge de los testimonios, que en la comisaría haba varias mujeres secuestradas, y que las golpizas brutales de las que eran objeto los detenidos, eran propinadas por el personal policial", dijo Cristina Beute, nombrada como actuante de fiscal ad hoc para la investigación de esta causa.

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