Domingo 31 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 42 > Cultura y Espectaculos
No, la palabra clave en los orígenes del rock nacional

CIPOLLETTI (AC).- Para hablar sobre el rock, de su historia y de su dialéctica, de un género que como pocos fue y es capaz de dar testimonio de su época. Para conversar con los adolescentes sobre un tema que a muchos apasiona, el jueves estuvo en esta ciudad el crítico de rock, ensayista y periodista, Gustavo Álvarez Núñez.

Como parte del programa Café Cultura Nación que en Cipolletti organiza la dirección general de Cultura, Álvarez Núñez visitó la ciudad. Y también dialogó con este diario sobre el pasado, el presente y el posible futuro de un género que, en la Argentina, nació "con un gesto épico: la negación de Tanguito a grabar La Balsa porque consideraba que el rock, si se volvía comercial, dejaba de serlo".

-¿Cómo surgió la búsqueda de la negación en el rock argentino?

-Vengo trabajando desde hace muchos años ciertos problemas que hacen a la historia y a la dialéctica del rock y una de las cosas que me llama la atención es esto del no. Además de Tanguito, que se niega a grabar La Balsa, Manal tiene un tema que se llama "No pibe", justamente que habla y que da cuenta, con la música, que somos a partir de la negación. A partir de enjuiciar cosas que no nos gustan. En esa época ( 60/70) el plan era básicamente que el sistema decía cómo eran y quienes eran los jóvenes. Palito Ortega era el joven más funcional al sistema. Pulcro, educado con los valores cristianos. Era una sociedad muy pacata con una clase media en ebullición y con los milicos y la derecha boicoteándola. Por el otro lado estaban esos chicos medio hippies, medio bohemios, construyendo su imaginario a partir de negar lo que el Estado quería que ellos fueran.

-¿Y después?

- En los ´80, que ya es otra generación, aparecen grupos como Todos Tus Muertos que tiene la canción Gente que No y si hoy, uno pone esa idea en funcionamiento, en algunos aspectos sigue pasando. Eso de construirse a partir de la negación.

- Estás escribiendo ensayos sobre el rock después de Cromañón. Este hecho ¿modificó en algo la dialéctica? ¿Qué dejó?

- En principio dejó como enseñanza que el rock había sido muy irresponsable y muy inocente y me parece que se tomó conciencia sobre esto. Pero ya había habido un cambio. El "no" comenzó a ser del Estado. Se volvió casi legal, casi policial. Por ejemplo ahora casi no existen lugares pequeños donde los grupos que nacen se pueden mostrar. Creo que estamos perdiendo una pata porque hoy, los recitales o son mastodontes o nada. No hay cosas en el medio que permitan ese encuentro entre la formación de grupos y de público que es una forma de generar nuevos valores y nuevas artes. El rockero no es alguien que nace de ver la luz, es alguien que se va formando. Me parece que el rock reproduce, en algún punto, esta idea de los talk shows, de que todos somos protagonistas. Después de Cromañón no hay grandes discos. Con el único grupo que hay que sacarse el sombrero es con Babasónicos que año, año y medio, produce obras. Que trabaja todo el tiempo. Eso te da cuenta de que algo está pasando. El mapa es confuso. Muchos en el rock se aburguesaron.

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