Sábado 30 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 50 > Cultura y Espectaculos
Ricardo Montaner les dio todos los gustos a sus fanáticas
Cantó lo que ellas pidieron, subió al escenario e invitó a su camarín

NEUQUÉN (AN).- Ricardo Montaner no encaja dentro de los estereotipos de belleza masculina que prefieren las mujeres. Su físico no es atlético, sus facciones no son muy bellas y su voz es un exceso de agudos. Sin embargo, su presencia hace delirar de amor al sector femenino. ¿El secreto? Sobre el escenario, el músico es todo un showman y maneja como nadie todas las armas de seducción.

Así lo demostró la noche del jueves en su show despedida de Argentina. No sólo cantó baladas de amor sino que también hizo bailar a todos y bailó con su hijo Héctor, dejó que las chicas lo besaran sobre el escenario, invitó a una pareja a su camarín, le pidió al público que eligieran las canciones que él debía cantar, regaló pelotas autografiadas y estiró el recital media hora más.

Cuando el octavo tema, "Bésame", estaba promediando, Montaner dejó de cantar, hizo bajar un poco la música, eligió una pareja de la platea y los desafió. "Si ustedes pueden besarse sin despegar los labios hasta que yo termine de cantar esta canción, después del show los invito a mi camarín a tomar champaña", dijo el argentino-venezolano. Graciela y Alex, con 36 años de matrimonio, se abrazaron y hasta el último acorde permanecieron en el beso más largo.

Luego siguieron las canciones de amor hasta que se armó la fiesta. "Cachita" fue la antesala de un show que fascinó por su ritmo y por la perfecta combinación de "cachengue" y romanticismo. Y para los hombres hubo pelotas de fútbol pateadas desde el escenario.

"¿Quién quiere bailar conmigo?", preguntó. Cuatro mil voces gritaron yo. Montaner con su hijo eligieron a una veintena de chicas para que bailaran en el escenario y hasta se animó "a mover la colita", mientras todos entonaban una versión "extra large" de "Conga".

La noche exigía un poco de media luz y enamoramiento. "Dime las canciones que tú quieres que yo cante para tí", fue la introducción a una serie de temas que desde la platea las chicas anunciaba.

Montaner les dio todos los gustos a sus fanáticas. Armó un show en el que no sólo las canciones fueron las vedettes. En sus dosis justas hubo de todo y todo se fue mezclando naturalmente hasta transformarse en un espectáculo completo y de excelente nivel. La seducción del venezolano fue la nota a destacar.

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