BUENOS AIRES (Télam).- La banda de rock Callejeros y la ex subsecretaria de Control Comunal, Fabiana Fiszbin, negaron ayer tener responsabilidad en la tragedia de Cromañón y repartieron culpas entre el ex gerenciador Omar Chabán, el gobierno porteño, la Policía y la Justicia Contravencional.
En la quinta audiencia del proceso que se realiza por el incendio que en 2004 provocó 194 muertos, el Tribunal Oral en lo Criminal 24 ordenó la lectura de las indagatorias de los integrantes del grupo y de la ex funcionaria porteña, luego que el viernes se negaran a declarar.
La defensa de los imputados giró sobre la responsabilidad en la seguridad y control del local, en el que la noche del siniestro había unas 3.500 personas cuando estaba habilitado sólo para 1.031. El que más se explayó fue el saxofonista Juan Carbone, quien remarcó que "no hay pruebas concretas de que Callejeros haya ingresado pirotecnia a Cromañón y que el mensaje final siempre era: 'No prendan bengalas'".
"Era casi imposible detener las bengalas. Cuando tocamos en Obras (Sanitarias) había fiscales presentes y las bengalas pasaron igual. Es injusto que nos imputen esto", destacó el músico.
Sobre la seguridad, al igual que todos sus compañeros de Callejeros, dijo que estaba a cargo de Chabán y de su mano derecha, Raúl Villareal, quienes "se tenían que ocupar de que no ingresara la pirotecnia". Dijo que como miembro de una banda "no verificaba las instalaciones porque es el Estado el que lo tiene que hacer" y que es "irracional que le digan a un músico que tiene que controlar" el lugar donde va a tocar.
"Yo no tenía obligación de inspeccionar, eso no es lo que dice la ley. Suponíamos que los funcionarios públicos no iba a permitir que se hiciera ingresar a más gente de la permitida", señaló. Agregó que "la Policía sabía cuánta gente entraba porque cobraban adicionales por eso y también SADAIC porque verificaba cuántas entradas se vendían". "Si hubiéramos controlado la seguridad lo hubiéramos hecho mal porque eso no me lo enseñaron en el conservatorio, así como al juez no se lo enseñaron en la Facultad de Derecho. Seguro que él no está revisando la seguridad de Tribunales", manifestó.
En un tramo de su declaración de julio de 2005, Carbone se quejó de que el entonces juez a cargo del caso, Marcelo Lucini, no involucrara en la causa a Aníbal Ibarra, quien fuera jefe de Gobierno porteño al momento de la tragedia. "Somos la parte más débil y por eso nos procesan, pero no se aplica el mismo criterio con Ibarra. Si nos van a mantener procesados, que lo llamen a indagatoria", había reclamado por entonces, pero la Justicia entendió que el funcionario no tenía responsabilidad y fue sobreseído de la causa.
En tanto, el guitarrista Maximiliano Djerfy afirmó: "Me parece que me están acusando de algo injusto. Tengo cinco familiares muertos y estoy en tratamiento psicológico. ¿De qué me acusan, de matar a mi familia?. Fui a tocar dos minutos y después todo fue un desastre".
A su turno, Fiszbin culpó del incendio a Chabán y dijo que ninguna inspección previa hubiera impedido la tragedia porque "esto no se originó por falta de cuidado o control sino por las bengalas, el humo y el criminoso cierre de las puertas de emergencia". Al respecto, recordó que al momento de la tragedia había seis puertas con pasadores y otra cerrada con candados que impidió el egreso de la gente cuando, según un peritaje, 4.000 personas hubieran salido en cuatro minutos.
"Soy ajena al hecho delictivo que se me imputa y no me voy a hacer cargo de responsabilidades ajenas", remarcó la ex funcionaria, quien tenía bajo su órbita la inspección de locales como Cromañón. En una declaración prestada en 2005, Fiszbin relativizó que el motivo de la tragedia hubiera sido que Cromañón tuviera, al momento de la tragedia, el certificado de bomberos vencido, aunque admitió que si el local hubiese sido revisado, seguro lo hubieran clausurado.