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Grassi: Para fiscalía y querella, habrá condena | ||
BUENOS AIRES (DyN).- La Fiscalía y la querella advirtieron ayer que "si la prueba no se desvirtúa, hay suficientes elementos" de prueba para condenar al cura Julio Grassi por abuso y corrupción de menores, mientras el sacerdote admitió que no está "preparado" para un veredicto adverso. En tanto, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón finalmente no analizó ayer los videos del caso: según la querella, el desistimiento de ese pedido nació de la defensa para evitar un daño mayor a la figura del acusado, pero Grassi explicó que se irán observando a lo largo del proceso. Si el trámite no sigue demorándose, en los próximos días declarará el sacerdote, mientras los jóvenes que lo acusaron lo harían en la segunda semana de setiembre. Aunque se especula con que "Gabriel", "Ezequiel" y "Luciano" -tal los nombres ficticios con los que se los dio a conocer- puedan hablar ante los jueces el 9, 10 y 11 de setiembre próximo, el tribunal y las partes tomaron esos plazos con pinzas porque dependerá de la extensión de la declaración que prestará Grassi, quien ya anunció que quiere hacer su exposición y revelar datos que desvirtúen lo que él considera infamias. Además, Grassi también condicionó su intención de carearse con los jóvenes acusadores, a la espera de lo que ellos digan. Por lo pronto, tanto el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, como el abogado querellante Juan Pablo Gallego, insistieron ayer en que "si la prueba no se desvirtúa, hay suficientes elementos" para que el sacerdote sea condenado. "Grassi enfrentó el juicio con un nivel de jolgorio, como quien viene a pasear a un shopping hablando de denuncias y complot y se dan cuenta de que esto es un juicio oral, donde la prueba es abrumadora", opinó Gallego que, además, aseguró que se ve a Grassi que "se sabe culpable". Grassi, por su parte, admitió que sólo espera una absolución, al señalar que "para un veredicto en contra no estoy preparado", y tras aclarar que se siente confiado, se volvió a quejar del abogado Gallego, al que definió con ironía como "la mosca blanca del juicio". | ||
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