Viernes 29 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 32 > Policiales y Judiciales
Cinco años de prisión para autores de violento asalto
La víctima fue un criancero del río Azul, quien sufrió varios cortes en su cuerpo. Tras el hecho intentaron escapar, sin éxito, de la policía que los estaba esperando.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los jueces de la Cámara Segunda del Crimen le impusieron cinco años de prisión a los dos procesados que formaron parte del trío que asaltó y lesionó con arma blanca a un criancero del río Azul, que fue sorprendido en su vivienda durante una madrugada y despojado de su dinero y pertenencias.

La pena aplicada a Gustavo Catalán y a Francisco Torres es la misma que había solicitado el fiscal Enrique Sánchez Gavier y la mínima establecida para el robo con armas.

Por esa razón el pedido fijó el límite a que debió sujetarse el Tribunal, que no obstante expuso su coincidencia con la solicitud y justificó en la falta de antecedentes de los imputados no haberse apartado del mínimo.

La justificación del Tribunal además de válida era necesaria, porque también reconoció "que el hecho supera la simplicidad, por ocurrir provocando lesiones, de noche, en zona despoblada, con intervención de varios y uso de vehículo para transportar el botín".La causa debatida por la Cámara Segunda del Crimen se originó a la 1.30 del 8 de enero de 2007 en la vivienda de Héctor Vargas, situada en la costa del río Azul, a unos 10 kilómetros de El Bolsón, camino a Mallín Ahogado y a orillas del río Azul, cuando se presentaron tres individuos que después de exigirle que abra la puerta, la violentaron, lo arrojaron boca abajo sobre la cama y lo ataron de pies y manos.

Mientras uno de los intrusos lo maniataba con el cable del lavarropas y le apoyaba un cuchillo en el cuello, los otros dos se apoderaron de un televisor, una motosierra, un cuchillo de cabo plateado y un rifle automático calibre 22.

El sujeto que retenía a Vargas le efectuó cortes en el cuello, en el brazo y el parietal derechos, en el dorso de ambas manos, en el tórax y en la espalda para que revele dónde guardaba las motosierras, las ovejas y el dinero, y así lograron robarle también los únicos 20 pesos que la víctima atesoraba debajo de su colchón.

Tras la fuga de los asaltantes, Vargas logró comunicarse con su hermana y ésta con la policía de Mallín Ahogado, y antes de que llegaran a El Bolsón un patrullero esperaba a la camioneta Chevrolet que conducía Catalán, acompañado por Torres y un individuo a quien no reconocieron.

Los policías declararon que Catalán amagó con detenerse al ver a los agentes, pero aceleró al pasar junto a ellos, y se detuvo un kilómetro más adelante, casi llegando a la ruta asfaltada, cuando lo alcanzó el patrullero y otro móvil llegaba desde El Bolsón para interceptarlos.

Al detener el vehículo los dos acompañantes de Catalán ya no estaban, y a Torres, a quien reconocieron cuando pasó en el vehículo, lo detuvieron un mes después en la Fiesta del Lúpulo.

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