En un extraño hecho se quitó la vida una mujer imputada en la causa Yectafer pero que luego fue absuelta por falta de mérito.
Se trata de Alicia Panatti, esposa del propietario del laboratorio Interdog, que fabricaba las inyecciones de hierro adulterado “Yectafer” y que habrían provocado la muerte de Verónica Díaz en Viedma, consignó la agencia de noticias ADN.
Si bien la noticia se conoció hoy a través de la publicación del diario La Nación el hecho ocurrió el 15 de marzo pasado cuando la mujer se arrojó a las vías de un tren en Buenos Aires.
El esposo de Panatti está imputado en una causa que investiga a más de una decena de personas acusadas de integrar una banda que falsificaba Yectafer, un medicamento utilizado para combatir la anemia.
En este sentido trascendió que el laboratorio Interdog habría comprado citrato de hierro, un producto de uso veterinario que se habría utilizado para consumo humano.
En 2004, Verónica Díaz, de 22 años, falleció en Viedma como consecuencia de una inyección de hierro adulterado. Más tarde se conoció el caso de otra mujer en Entre Ríos y se supo que la dosis adulterada afectó a otras mujeres.
En las últimas horas se vincula la muerte de Panatti con "la mafia de los medicamentos apócrifos", publicó La Nación, que en el último mes tuvo en el centro de la escena el triple crimen de General Rodríguez y el suicidio de una cuarta persona.
El Juzgado que investiga el triple crimen pidió al juez federal Norberto Oyarbide -a cargo de la causa Yectafer- la remisión del expediente, donde se vinculan los hechos a una “mega causa” de medicamentos adulterados.