Lunes 25 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 21 > Policiales y Judiciales
Vecinos enfurecidos liberaron a un detenido
Batalla campal en las 1.224 Viviendas cipoleñas. La Policía identificó a cuatro "cabecillas".

CIPOLLETTI (AC).- El populoso barrio 1.224 Viviendas se está convirtiendo en "tierra de nadie". Ayer desde las 3 hasta pasadas las 7:30 de la mañana, hubo enfrentamientos y corridas entre policías y gente del lugar, muchachos en su mayoría, quienes incluso "liberaron" a un detenido, dañaron un patrullero y rompieron a pedradas y ladrillazos los vidrios externos y algunos internos de la subcomisaría del sector.

Los ocupantes de un patrullero, rodeados y superados en número, en un momento de la trifulca realizaron disparos con una Itaka. Una bala de esas características habría rozado a una persona, provocándole un hematoma en la frente. Se indicó en el en el nosocomio que la sección Emergencias estuvo saturada de personas con traumatismos, golpes y cortes leves, aunque una jovencita de 12 años tenía

contusiones de mediana intensidad.

Los acontecimientos se desencadenaron estimativamente a las 3, cuando dos efectivos que iban en un patrullero detectaron la presencia sospechosa de un sujeto junto a unos autos estacionados. Cuando lo iban a identificar el hombre emprendió una fuga que derivó a un domicilio donde aparentemente había un festejo. Pese a que la gente salió en defensa del perseguido, lo capturaron y lo llevaron demorado. En ese primer incidente ya hubo palos, pedradas y golpes.

Siguió un denso clima de tensión y en una de la recorridas, pasadas las 7,

recomenzó todo. Esta vez con no más de tres policías en un móvil y unos 15 jóvenes al frente. Al ser interceptados dos de los revoltosos para que se dispersen, desde el grupo partieron cascotes, palos y objetos contundentes, mientras los policías se iban replegando de nuevo, no sin antes efectuar dispararon con Itaka para frenar la acometida. El repliegue derivó a la subcomisaría, donde los exaltados literalmente la sitiaron, destrozando vidrios, mampostería y dañando a patrulleros.

Algunos vecinos habían exigido hace tiempo un mayor patrullaje por determinadas arterias para evitar que los jóvenes se droguen o consuman alcohol y luego pudieran emprender alguna aventura ilícita. "Ese patrullaje se estaba intentando hacer cuando se produjo la reacción tan violenta", confió un jefe policial.

"Si no capacitan a estos tipos un día va a haber una tragedia. ¿Vas a correr a estos pibes con una Itaka? ¡Están locos!", dijo ayer un comerciante.

Para salvaguardar al personal y a la subcomisaría, llegaron desde las 5 refuerzos de otras unidades, por lo que en algunos momentos el barrio se convirtió en una pesadilla, con gritos, amenazas y la expectativa de una movilización generalizada.

Se supo que habría un expediente interno de la policía para determinar si el accionar de los uniformados fue el adecuado, y que ya se podría haber ordenado la captura de al menos cuatro personas.

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