CIPOLLETTI (AC).- Se mantenía ayer, pese a ser domingo, la conmoción en esta ciudad por el caso del estudiante cuyos padres denunciaron que lo amenazaron dos desconocidos -mayores de edad- y lo obligaron a "fumarse un porro" (un cigarrillo de marihuana) luego de haberse retirado del colegio y que antes, en el interior del establecimiento, otro menor, alumno obviamente, le dio a beber "una pastilla", lo que le produjo una descompensación por la que debió ser atendido.
No había datos firmes pero la presunta pastilla podría ser una anfetamina o algún antidepresivo.
La denuncia la hizo la madre del menor damnificado en la comisaría 32 de calle Mengelle, y hasta anoche estaba interviniendo el juzgado Penal a cargo de Margarita Carrasco. La amenaza fue tomada allí como "coacción".
Empero -se confirmó en fuentes tribunalicias- la magistrada transferirá las actuaciones al juzgado Federal de Roca cuya titularidad ejerce María del Carmen García.
El hecho tuvo como epicentro el CEM 17 "Patagonia Argentina" ubicado en calle Paraguay, frente a la sede de la Unter, le viernes pasado por la tarde.
La madre del menor (de 15 años) declaró que un compañero le proporcionó a su hijo "alguna pastilla" dentro de una gaseosa y que minutos después, ya afuera, a pocos metros de la puerta, el mismo compañero junto a dos desconocidos de unos 20 años lo obligaron a fumar un cigarrillo de marihuana.
Marisa Casado, la directora del "Patagonia Argentina", elevará hoy un informe a la supervisión local del CPE, relatando cómo sucedieron los hechos. Anunció una "investigación interna" para deslindar responsabilidades.
Lo denunciado -aclaró- puede haber ocurrido a más de media cuadra del colegio y una hora más tarde de la salida.
Por su parte y ante una consulta, el jefe de la división Drogas Peligrosas de la Policía Federal, Daniel Piveta, dejó entrever que las actividades se están centrando en desbaratar a las bandas que trafican drogas "pesadas" (cocaína, heroína) y las "blandas" (marihuana).
Pero aclaró que entre los menores que consumen marihuana es muy difícil cortar ese circuito, porque se configura una especie de "microtráfico", de intrincada inserción, aunque hay acciones para cortarlo.