Noemí Labrune, integrante fundadora de la Asamblea por los Derechos Humanos -APDH- de Neuquen, inició hoy la ronda de los 140 testigos previstos en este juicio contra ocho represores que actuaron en el Centro Clandestino de Detención "La Escuelita" de Neuquén en la última dictadura.
En su declaración de más de dos horas y media explicó en detalle las primeras denuncias que efectuaron junto al obispo de Neuquén, ya fallecido, Jaime Francisco De Nevares y un grupo de familiares de detenidos desaparecidos de la zona a partir de 1976.
Afirmó Labrune que "los sucesivos golpes de estado que hubo en la Argentina no tuvieron las características del de 1976. Era un Ejército que tenía un plan de ataque y de subordinación a toda la población civil del país".
"Fue un plan sistemático, criminal de dominación y por eso nos dimos cuenta de que la pelea iba a ser muy dura", señaló. Las primeras informaciones de la existencia del Centro Clandestino de Detención "La Escuelita" en el batallón militar de Neuquen las registraron en agosto de 1976.
La abogada especialista en derecho militar, Mirta Mántaras declaró también hoy acerca de la forma en que se organizaron las fuerzas represivas, los reglamentos y planes utilizados y la forma en que la inteligencia militar fue estructurada en forma paralela a los mandos militares de cada zona.
Cuatro de los ocho imputados no asistieron a la audiencia por pedido de sus defensores aunque el Tribunal dispuso que mientras se desarrollen las audiencias permanezcan alojados en instalaciones de la Unidad 9 del Servicio Penitenciario Federal de Neuquén.
Para Cañón, el juicio es hisórico.- El fiscal general de Bahía Blanca, Hugo Cañón destacó hoy el valor histórico del juicio a ocho represores por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura en Neuquén, al asistir a la audiencia en la que se inició la ronda de testigos.
"Es un hecho histórico, después de tantos años de espera con la imposibilidad de que haya justicia", aseguró Cañon. Recordó que "estos hechos comenzaron a ser investigados en Bahía Blanca en los años 1986 y 1987 con mucho empeño hasta que las leyes de impunidad impidieron que se haga justicia".
Destacó en ese sentido el testimonio de Noemí Labrune porque "es un registro histórico en la búsqueda de pruebas que da la certeza de que se puede llegar a una condena que justifique tantos años de espera y de dolor de las víctimas". "Esperamos que sea algo reparador, que nos haga sentir a todos como un poco más próximos a ese camino de verdad, de justicia y de memoria que buscamos", añadió el fiscal.