Domingo 24 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 46 > Deportes
Caravana entre Ezeiza y Villa Madero
Pérez volvió al país. "Valieron la pena tantos años de trabajo", afirmó.

Walter Pérez, el ciclista que junto a Juan Curuchet ganó la medalla dorada en la prueba americana de los Juegos Olímpicos de Beijing, regresó al país y confesó que junto al marplatense recién en la última media vuelta supieron que iban a ganar la máxima presea.

El dueño del oro fue recibido por su mujer Valeria, su hijo Agustín, su padre Hugo y otros familiares quienes, junto a vecinos de Villa Madero, organizaron una recepción triunfal en el aeropuerto de Ezeiza y lo acompañaron hasta su domicilio en caravana.

"Gracias a Dios pudimos lograr este sueño increíble del que no queremos despertarnos", dijo Pérez cuando pisó suelo argentino. "Es el premio a este esfuerzo, son muchos años de sacrificio y

gracias a Dios se dio en estas Olimpíadas. Ahora quiero festejar, disfrutarlo y después empezar a prepararnos para los próximos Juegos", agregó.

El ciclista rescató que "valieron la pena los años de trabajo, más allá de la satisfacción de haber ganado la medalla con tanto esfuerzo, y darle esta medalla de oro a todos los que confiaron en nosotros, a la gente del ciclismo y a toda la Argentina".

Recordó que el momento de la victoria fue "increíble"

con "una gran emoción en la que se nos cruzaron muchas sensaciones".

"Uno piensa en miles de cosas cuando ve la bandera argentina llegando a lo más alto, es lo que siempre soñamos en un juego olímpico", siguió.

Valeria manifestó que su esposo "se merece que lo reconozcan porque lleva mucho tiempo de esfuerzo y sacrificio", y remarcó sentirse "orgullosa de él".

Hugo, padre del campeón olímpico, dijo que le tenía fe a su hijo: "Sabía que iba a estar en el podio pero no me imaginé que llegaría a la dorada".

Un centenar de vecinos y amigos se congregaron a lo largo del camino que va de Ezeiza a Villa Madero, localidad donde vive Walter, para recibirlo con cánticos, gorros y banderas argentinas.

En una autobomba y escoltado por un grupo de ciclistas, arribó emocionado a la plaza "De la Bandera", en el centro de Madero, donde lo aguardaban seguidores y vecinos, que le tomaron fotos y le pidieron autógrafos.

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