Domingo 24 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 40 y 41 > Cultura y Espectaculos
La muerte le sienta bien

A fines del 2007 y en plena vorágine del rodaje de "Batman: el caballero de la noche" ("Batman: The dark knight"), Heath Ledger le confiaba al New York Times que "su" Guasón era "un payaso psicópata, genocida y esquizofrénico carente de empatía". Sin embargo, una empatía casi perfecta es lo que esta actuación logró con el público a nivel mundial que, a poco más de un mes de estreno de la cinta, amenaza con convertirla en la película más recaudadora de la historia.

Ahora bien, ¿qué diferencia al filme de otros sobre superhéroes? ¿Será el aura del fallecido actor la que, a pesar de la tragedia, la ubican en un nivel popular impensado?

Las respuestas pueden ser infinitas y variadas, pero definitivamente la muerte del intérprete fue uno de los factores fundamentales para transformar a la nueva aventura sobre el murciélago justiciero en un fenómeno extraño en los tiempos que corren.

 

Héroes culposos

 

El efecto "culpa" que devino luego de la primera parte de "El hombre araña" fue arrasando con todos los héroes que vieron la luz de la pantalla en los últimos años. Hulk, Ironman, Superman y tantos otros renacían de entre las cenizas de un género casi olvidado por la industria, para aparecer rejuvenecidos pero, irónicamente, ese nuevo rostro tenía más que ver con su génesis en la caricatura que con las millones de versiones televisivas y cinematográficas que lo precedieron. La vuelta a las fuentes del papel, en las que los perso

najes eran más oscuros y conflictuados y acarreaban una mochila pesada más que una bendición con sus poderes, se convirtió en el factor del éxito. Hombres con cualidades no humanas pero lo suficientemente sensibles para sobrellevarlas con mucha culpa.

La reaparición en escena de Batman no podía escapar a esa línea narrativa tan beneficiosa y, al mismo tiempo, tan fiel a sus raíces. Sin embargo, Bruce Wayne era uno de los pocos abanderados de la justicia que tenía que batallar contra si mismo. Dos películas, "Batman" (1989) y "Batman vuelve" (1992), dirigidas por Tim Burton, latían aún en el imaginario popular y eso era una desventaja. El personal universo del realizador de la reciente "Sweeney Todd: el barbero demoníaco de la calle Fleet" dejó sus huellas en un par de pequeñas joyas de la pantalla grande con un héroe apático pero sin tantos rollos existenciales, una simbiosis de colores kitsch y una Ciudad Gótica casi de juguete que se recortaba invitando a un espacio tan irreal como lúdico. El suceso de estas producciones invitó a dos nuevas realizaciones, "Batman eternamente" (1995) y "Batman y Robin" (1997), plagadas de grandes estrellas y entretenidas pero carentes de personalidad alguna.

Así fue que Christopher Nolan, director reconocido por "Memento" (2000) decidió hacerse cargo del monstruo, que podía transformarse en una maravillosa bendición para sus aspiraciones o en un desastre que lo empujara derecho al olvido.

"Batman inicia" ("Batman begins") se estrenó en 2005 y sorprendió por una estética moderna totalmente alejada de la imagen que Burton había impuesto y un relato sólido en el que el conflicto del

protagonista es presentado desde el dolor que le provoca la muerte de sus padres. Un dolor que lo lleva al odio y, por ende, a la búsqueda de la venganza, nada más alejado de los principios éticamente incuestionables que disparan los héroes más renombrados de todos los tiempos.

Esta primera experiencia fue exitosa pero no un boom de esos difíciles de detener. En EE.UU. la realización recaudó $ 205.343.774 de dólares mientras que en el mundo se llevó 352.000.000, cifras menores que las de la primera película de Burton.

La secuela estaba en los planes, a no ser que el fracaso fuera muy grande, pero se subió la apuesta. La inclusión del mítico Guasón encendía las expectativas aún más, porque el público guardaba en su mente la caracterización de Jack Nicholson, tan simpático como malvado, en la cinta de 1989. Nolan depositó sus esperanzas en el actor joven en ascenso más respetado de los últimos tiempos, Heath Ledger. El astro venía del suceso inesperado de "Secreto en la montaña" ("Brokeback mountain") y de variadas muestras de su carisma y una forma algo inusual para los de su generación de meterse en los personajes hasta perderse definitivamente en sus cuerpos. Nicholson puso el grito en el cielo, afirmando que nadie podía igualarlo, a pesar de su edad, pero pocos se hicieron cargo de la rabieta del gran Jack. Ledger era el elegido y el caso estaba ce

rrado.

La presión de estos comentarios sumada a la de un público cada vez más exigente que ahora tiene en sus manos el arma que significa internet para expresarse, transformaron al joven actor y su "búsqueda" del personaje en un tormento más que agotador. Pero tanto esfuerzo parecía dar sus frutos cuando los primeros avances, de apenas segundos, sobre su caracterización comenzaron a dar vueltas por el mundo. Sombrío, caótico, nada agraciado y, mucho menos, simpático, este Guasón estaba parado

en la vereda de en frente del de Nicholson.

 

Muerte y mito

 

Poco después de finalizado el rodaje, el 23 de enero del 2008, Ledger fue hallado muerto aparentemente a causa de una sobredosis accidental de pastillas para dormir, entre otros medicamentos. Mientras las investigaciones trataban de determinar las causas del deceso, aún resonaban las palabras del actor afirmando que el "consumo" que le había significado interpretar al villano no le permitió dormir más de dos horas durante los últimos tiempos de filmación. Y también su desolación tras la separación de su mujer, la actriz Michelle Williams (a quien conoció en el set de "Secreto en la montaña"), con la que tenía una pequeña hija de tres años, Matilda Rose. La fina barrera que separa muchas veces la realidad de la fantasía fue la excusa ideal para disparar todo tipo de especulaciones que fueron in crescendo con el estreno de la película el pasado 18 de julio.

"Batman: el caballero de la noche" es el vehículo perfecto para el histrionismo de Ledger que se apodera de la escena cada vez que aparece y es, sin dudas, el mayor sostén del relato. Una historia narrada con el habitual oficio del director que no logra sobrepasar el nivel de su antecesora y que, por momentos, se excede en sus pretensiones de entregar un producto que pueda combinar entretenimiento con cierta reflexión. A pesar de eso, el ritmo se sostiene y la empatía casi imposible con el Guasón es el gran ingrediente del menú. El espectador desea que el personaje irrumpa en la pantalla y su oscuridad y desenfreno en ningún momento provocan rechazo.

Mientras la mística gira alrededor del actor fallecido, la película ha escalado a niveles impensados de audiencia en todo el planeta. En EE.UU. ya se ubica en el segundo lugar entre las cintas más recaudadoras de la historia con casi 500 millones de dólares (ver cuadro) mientras que sus ganancias a nivel mundial superan los 800 millones. En nuestro país, donde la taquilla se maneja de acuerdo al público que asiste a la sala, supera el 1.200.000 de espectadores.

En una actualidad cinematográfica en la que los medios se hacen eco de la caída en cuanto a las cifras de recaudaciones y la necesaria adaptación que debe realizar el séptimo arte a nuevas formas de proyección, el fenómeno del encapuchado sorprende. Si bien es muy difícil que pueda superar a "Titanic", es claro que no va a terminar demasiado lejos si se manejan estas cifras a sólo un mes de su estreno, a pesar de que la avalancha de "tanques" hollywoodenses no permita, en los últimos años, que una realización se mantenga mucho tiempo en cartel. Los recientes estrenos de la nueva entrega de "Los expedientes secretos X", "La momia: la tumba del Emperador Dragón" y otras tantas esperadas producciones poco pudieron hacer para superarla. En su país de origen se mantuvo durante cuatro semanas en la cima de la recaudación, un hecho poco común, hasta el fin de semana pasado que bajó al segundo lugar con el arribo de la nueva comedia de Ben Stiller, Jack Black y Robert Downey Jr., "Tropic thunder".

¿Será Ledger el verdadero motor detrás de este suceso? Posiblemente es una mezcla de factores en la que su imagen tiene un valor decididamente fundamental y que los rumores de una nominación póstuma al Oscar, no hacen más que acrecentar.

Con el sarcasmo que lo caracteriza y dejando ver la sonrisa tajeada a fuerza bruta en su rostro, el Guasón de Ledger, debe estar riendo entre un sinfín de balbuceos. Ni su trágico destino escapa a su sórdido humor. Mientras tanto, Hollywood también se ríe, más complacido que nunca.

ALEJANDRO LOAIZA

aloaiza@rionegro.com.ar

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