MADRID, España.- El balance de víctimas del accidente del avión de la compañía Spanair ascendió a 154 ayer después de que falleciera una mujer que había sufrido graves quemaduras, dijeron fuentes sanitarias.
María Luisa Estevez González, de 31 años, murió en el Hospital La Paz de Madrid donde era tratada por quemaduras en el 72% de su cuerpo, dijo el Servicio madrileño de Salud en un comunicado.La mujer era una de las heridas más graves de los 19 sobrevivientes del avión que se estrelló el miércoles cuando despegaba del aeropuerto de Madrid rumbo a las Islas Canarias. Dos de las personas hospitalizadas tras el accidente siguen en estado grave, añade el comunicado.
El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, había dicho antes que 53 de las personas que murieron han sido identificadas usando técnicas de análisis de ADN.
El nerviosismo entre los familiares de las víctimas crece ante la tardanza de identificación de los cadáveres. Algunos fueron ya llamados al cementerio de La Almudena, una vez concluida la identificación de sus familiares.
El resto espera en el hotel Auditorium, donde se celebró ayer una ceremonia religiosa. Más tarde, la compañía propietaria de la nave accidentada, Spanair, convocó a una segunda reunión a los familiares de las víctimas, después de que la del viernes concluyera tras sólo diez minutos ante el descontento de los familiares por la tardanza en darse a conocer la lista de pasajeros y la falta de información sobre las causas del accidente.
La aerolínea catalogó el problema inicial del vuelo siniestrado como un fallo en la toma de aire al que restó importancia y que aseguró fue solucionado por sus técnicos. Sin embargo, el responsable de Aviación Civil en España, Manuel Bautista, reconoció en una conversación con AP que esta avería, junto a una suma de factores, podría haber contribuido a desestabilizar la nave y que era pronto para descartar cualquier hipótesis. De hecho, agentes de policía implicados en la investigación del accidente interrogaron al mecánico que reparó dicho fallo.
Por otra parte, según uno de los mayores expertos en la industria aeroespacial estadounidense, tanto el avión como los motores del MD-82 de Spanair tienen una reputación impecable, por lo que el motivo más probable del accidente fue un defecto en el mantenimiento. Richard Aboulafia, vicepresidente de Análisis del Grupo Teal, afirma que cuando conoció el accidente, lo primero que pensó es que era imposible que estuviese relacionado con una pobre elección del equipamiento. "Seguro que no estuvo relacionado con eso. La serie MD-80 es un avión supremamente seguro, uno de los más probados. Y el motor (el JT8D) es el propulsor a reacción de mayor producción en la historia. Está probado de sobra, nunca se fabricó uno igual", afirmó.
Por eso, según Aboulafia, las razones hay que encontrarlas en otro lugar, y el primero debe ser el mantenimiento del material, en el que no intervienen ni el fabricante del aparato ni el del motor. "(El mantenimiento) está completamente en manos del usuario", en este caso la compañía aérea, que debe seguir las reglas dictadas por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y las Autoridades Conjuntas de Aviación en la UE (JAA). (DPA, AFP, AP)