Es difícil imaginar un pliegue de la política del país en el que no esté presente el peronismo, como oficialismo, como oposición o como influencia. Pero ese histórico partido-movimiento como tal (hay variopintos desprendimientos), está ausente del Concejo Deliberante de esta ciudad y de múltiples asuntos de la ciudad, en los que el PJ no da señales de vida.
Antes de junio de 2007, el justicialismo local estalló en una diáspora. Los candidatos, que por entonces eran casi los mismos funcionarios del gabinete municipal, armaron entente kirchnerista con el Frente Grande, para retener el gobierno comunal que ya encarnaba Jorge Carro.
Pero olvidaron un detalle, meses antes habían perdido la interna, y ahora formaban lista sin un lugar destinado a los nuevos conductores del partido, de cuño más ortodoxo y aliento menemista. Y ellos querían lo suyo. Eran el agua y el aceite.
El resultado fue el portazo kirchnerista, el armado de una lista de apuro entre los que quedaban del PJ y la UCR, y una estrepitosa derrota electoral a manos del MPN.
El error de cálculo de los peronistas "remanentes" fue grosero: aceptaron ir segundos en un frente encabezado por la UCR, con Mirta Billorian para el Deliberante y sin candidato a la intendencia, pero la elección fue paupérrima y apenas colocaron a la radical en una banca. Todos los peronistas se quedaron afuera, unos porque no pudieron entrar y otros porque se fueron.
Desde octubre próximo se viene la reforma de la Carta Orgánica Municipal, y los peronistas que irán por la Convención serán los mismos que se fueron pateando piedras en 2007. Ocurre que se oficializó una sola lista, la del "Peronismo para la Victoria", porque nadie más se presentó.
Irán a la cabeza el ex intendente Carro y su ex secretario de Gobierno, Guillermo Carnaghi, quien fuera precisamente el aspirante a intendente que se bajó en 2007, enojado por las exigencias de los nuevos dueños de la unidad básica. Los mismos que hace un par de meses dejaron pasar la fecha de presentación de listas internas a convencionales, sin decir ni pío.
Lo que llama la atención, es que algunos de esos referentes de la conducción del PJ fueron vistos estos días en las jornadas de Derecho Municipal, convocadas por la intendenta Sapag (MPN) para debatir aspectos de la reforma. Ellos no irán en la lista oficial del PJ pero, desde luego, nadie les puede impedir interesarse en temas tan caros al sentimiento republicano.
En cambio, no se vio que hayan asistido al convite municipal -que no tenía limitaciones partidarias-, las espadas peronistas que sí aspiran a la Convención. Pero a no sacar conclusiones apresuradas, que esos mismos referentes tienen ya un trabajo de 64 páginas con propuestas para la reforma.
Como fuere y aunque un comicio para elegir convencionales es muy distinto de otro por cargos de gobierno, puede que el próximo 26 de octubre se dirima otra elección para el peronismo local. Una victoria, incluso una derrota decorosa, permitirían a los ofendidos de ayer construir desde esa base y con la vista en otros desafíos. La derrota clara obligaría a barajar y dar de nuevo en el frente interno, con más de una cerrara política hundida en la incertidumbre.
FERNANDO BRAVO
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