LIMA (AFP) - El gobierno del socialdemócrata Alan García sufrió un amargo revés en el Congreso, que derogó una ley a favor de la inversión privada en tierras ocupadas por comunidades nativas, en un contexto de polarización social y creciente impopularidad por una amenazante inflación.

La derrota parlamentaria es la mayor de García en dos años de gestión y se concretó pese a que horas antes de la votación -realizada el viernes- afirmó que "sería un error histórico derogarla".

Por primera vez, además, la variopinta oposición compuesta por nacionalistas de izquierda, socialcristianos y fujimoristas votó en bloque dejando sola a la oficialista Alianza Popular Revolucionaria Americana (Apra).

El interés ahora se centra en saber si el gobierno acatará la decisión y voltea la página o si observa la derogatoria y modifica la ley insistiendo en la inversión en tierras de nativos de la Amazonia y los Andes peruanos.

El compás de espera para conocer la siguiente acción podría durar hasta tres semanas de acuerdo a los plazos legales aunque el primer ministro Jorge del Castillo ya avanzó que evalúa impedir la derogatoria de la polémica ley.

El gobierno insiste en que esa ley es la puerta para que los comunidades nativas den un salto a la modernidad y que los ayudaría a salir de la pobreza, una versión que refutan los indígenas alegando que se les debió consultar. "La norma no busca quitar tierra sino mejorar el uso de ellas para que el Perú ingrese a la modernidad. Eso los ayudará a salir de la pobreza", dijo el primer ministro.

El temor principal de los nativos, que efectuaron un paro regional entre el 9 y el 20 de agosto, es que la ley permitía la inversión minera, hidrocarburos y maderera que perciben como una amenaza porque supuestamente las desplazaría. Para evitar un nuevo enfrentamiento entre nativo y autoridades, el gobierno debería revisar sus estrategias políticas y buscar la concertación para evitar más protestas en las calles, según los analistas.