De la mano de Nicolás Bertolo, la figura de la cancha, y Santiago Raymonda, autor del primer gol, más un correcto trabajo en equipo y una efectividad digna de envidia, Banfield superó 2-1 a un River poco efectivo y por momentos ausente de protagonismo.
¿Qué provocó que en un encuentro más bien discreto, Banfield se haya ido al vestuario al término del primer tiempo con una ventaja de 2 a 0? La primera razón fue la estupenda tarea de Christian Lucchetti, quien en tres oportunidades, a los 3, 11 y 21 minutos, evitó que Santiago Salcedo pusiera en ventaja al 'Millo'.
Después habrá que destacar la efectividad del equipo dirigido por Jorge Burruchaga. El 'Taladro' se acercó al arco de Juan Ojeda en tres ocasiones y convirtió dos goles, aunque es cierto que para lograr esto contó también con la inestimable ayuda de la defensa de River.
En el primer gol, a los 7', Luciano Civelli cabeceó solo en el centro del área, la pelota le cayó a Víctor López, quien libre de marcas, envió un centro al medio del área chica, donde Santiago Raymonda, totalmente desmarcado y casi sobre la línea de sentencia, empujó la pelota al gol.
River no aprendió de sus errores y a los 36 cometió otra grosería que le costó caro. Ahumada perdió inexplicablemente una pelota en la mitad de la cancha, Erviti encaró y cuando se aproximó al área grande abrió el juego hacia la izquierda para Bertolo, que sacó un zurdazo inatajable para el 2-0.
Sin reacción
En desventaja, un River perdido en la mitad de la cancha, con problemas defensivos, sin un conductor y en el que sólo aparecieron algunos destellos de Matías Abelairas, poco pudo hacer para cambiar una historia.
Nada varió en el complemento, más allá de los intentos tácticos (Abelairas se fue al medio y Rodrigo Archubi por el inexpresivo Barrado) que intentó Simeone.
Pero Banfield siguió al pie de la letra su libreto y continuó siendo fuerte en la mitad del campo y cuando tuvo la pelota, especialmente cuando estuvo en los pies de Bertolo.
El 2-0 pudo ser más amplio a no ser por dos buenas atajadas de Ojeda, quien primero le negó el gol al ex Boca y luego a Barrales.
Cuando el partido expiraba, Radamel aprovechó un rechazo de Lucchetti para marcar el 2-1 final, un resultado bastante digno para un River que jugó mal y siempre estuvo para el cachetazo.