| "Me voy feliz, por este grupo, por la medalla y por todas las amigas que dejo. Antes de estos juegos dije que al seleccionado llegué feliz y me quería ir igual y por suerte lo logré". Siempre antes de los partidos "Magui" es la voz cantante del grupo y se encarga de decir las últimas palabras, pero esta vez lo pudo hacer a medias, la emoción no la deja modular.
"Fueron pocas palabras las que dije, lo único que pedí fue que lo disfrutemos, que eran los últimos 70 minutos, que disfrutamos dentro de la cancha, que así el resultado iba a venir solo", contó Aicega.
"Antes del partido viví muchas emociones juntas, pero la emoción no te puede llevar a ganar un partido. Por suerte tuvimos el corazón caliente y la cabeza fría, por eso pudimos ganar", agregó.
"Sé que desde mi lugar le di todo al seleccionado, lo único que me gustaría dejarle a las chicas que se vienen son los valores que me inculcaron, el hockey no es solo un palo y una bocha", completó.
Cuando Télam entrevistó a Aicega antes de comenzar los Juegos Olímpicos, la defensora del seleccionado argentino de hockey sobre césped femenino remarcó que no tenía momentos malos en su carrera y que sólo se sentía mal cuando una amiga quedaba fuera de una lista, algo que volvió a repetir hoy. "El hockey me dio todas alegrías, no pudo quejarme de nada. Quizás las tristezas pasan por cuando se da una lista y una amiga queda fuera, pero esas son cosas que lamentablemente pasan", reconoció Aicega.
Las Leonas ya forma parte de la historia grande del deporte argentino, porque muchas de ellas tienen tres medallas olímpicas, sólo superadas por Carlos Espínola, y Aicega todavía no se imagina como será recordada. "Espero ser una más de las que vivió en este seleccionado. Nunca me caractericé por ser la mejor del equipo, lo mío siempre fue todo garra y esfuerzo, tal vez las defensores somos las menos habilidosas pero creo que todas de alguna forma le brindaron al equipo lo mejor", puntualizó.
"Ojalá que haya sido una buena capitana y una buena persona para el grupo", dice "Magui", quien lloró, sonrió, se emocionó y todo lo vivido hoy no se lo olvidará jamás.
Para que la jornada de despedida para Aicega fuera completa, el futbolista más grande de todos los tiempos, Diego Armando Maradona, la fue a ver, la saludó y hasta le pidió su camiseta, que le entregó sin dudar. "La camiseta se la regalé al Diego, que me la pidió y no podía decirle que no, no tardé ni un segundo en sacármela", terminó reconociendo Aicega, quien se convirtió en una verdadera gloria del deporte argentino. Carlos Juvenal, enviado especial Télam | |