Jueves 21 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 41 > Deportes
Una "Generación" que es puro corazón
Manu, Delfino y Cía. vencieron al durísimo Grecia y ahora se topan con EE. UU.

Manu Ginóbili hizo estragos en el comienzo y después le prestó la capa de héroe a Carlos Delfino para que Argentina se meta otra vez entre los cuatro mejores del planeta. Con el apretado 80-78 sobre Grecia, la selección de básquet cumplió con el objetivo que fue a buscar a Pekín. "Queremos llegar a semifinales", repitieron los jugadores antes del viaje y ayer lo consiguieron.

Claro que esta "Generación Dorada" siempre desea más y la nueva meta es ganar una medalla, "del color que sea", como dijo Manu. El pase a la final se lo jugarán, ni más ni menos que con el Dream Team.

El bahiense convirtió seis triples y cerró la noche con una jugada similar a aquella imborrable contra Serbia, en Atenas '04, cuando sobre la chicharra se lanzó hacia el tablero y encestó el doble del triunfo en el último suspiro. Aquí no fue tan apretado contra el reloj, pero la similitud y la importancia de su conversión hicieron recordar esa epopeya.

Cuando las "papas quemaban", Delfino tomó la posta y anotó ¡18! de sus 23 puntos en el último cuarto. Impresionante lo del "Lancha" que se vistió de héroe y finalizó con cinco aciertos desde tercera dimensión.

El partido se jugó como una final, con los dientes apretados, mucha intensidad, marca fuerte y, también, con enorme nerviosismo y algunas imprecisiones que complicaron al equipo "albiceleste".

Tan cerrado fue el choque, que el conjunto que conduce Sergio Hernández recién pudo pasar al frente en el tercer cuarto.

En el inicio del juego, Scola y Nocioni dieron la impresión de estar un escalón por encima de sus rivales, pero ese dominio se diluyó en la inteligencia de los europeos para marcar en la pintura. Esto obligó al pivote de Houston a salir de la pintura y al quinteto criollo no le quedó otra que buscar las alternativas en el perímetro. La primera mitad fue absolutamente pareja. Los dos se alternaron la superioridad en el marcador, que cambió de manera constante. Los griegos consiguieron sacar la máxima diferencia de la primera mitad cuando restaba un minuto y medio: sólo 5 puntos.

En el tercero, Argentina sacó una buena ventaja y pasó al frente, aunque por una mínima brecha (56-55). Desde allí no perdió nunca más el liderazgo, aunque sufrió hasta el final.

Cuando faltaban 5, Grecia lo empató en 66-66, pero otra vez un triple, ahora de Delfino, puso arriba a los argentinos, que defendieron el triunfo con toda la garra.

Mañana llegará el rival menos esperado: Estados Unidos, el gran favorito. Pero la "Generación Dorada" ya conoce de hazañas y milagros inesperados. ¿Habrá reservado alguno para Pekín?

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