De las más de 160 enfermedades reumatológicas conocidas, artritis y artrosis son las más conocidas y frecuentes.
La artrosis compromete más o menos al 10% de la población adulta.
La artritis primaria -es decir, la que no deriva de otra enfermedad previa- suele iniciarse entre los 45 y los 50 años, y progresa con la edad. Luego de los 65 años el 70% de las personas tienen artrosis, tengan o no síntomas. Y después de los 85 años, el 100% tiene signos de la afección.
Sólo en EE.UU. se estimaba que entre el 2005 y el 2030, si la incidencia de la artrosis seguía en un mismo nivel -alrededor de un 12,5%- la cantidad de personas en ese lapso con este tipo de problemas se duplicaría.
La causa de la artrosis primaria no se conoce, pero sí hay factores de riesgo para su producción: la edad, la herencia familiar y el sobrepeso. "Hay familias en donde es más severa y precoz; se ve con frecuencia en la artrosis de las manos", explicó el jefe de la división Reumatología del hospital San Martín, Guillermo Nasswetter. Es común que la tía, la madre o la abuela padezcan o hayan padecido la enfermedad, es decir que hay predisposición.
En cuanto a la obesidad, señala el especialista, "parece afectar no sólo a las articulaciones que soportan peso, como las rodillas o las caderas, sino que a su vez parece haber una influencia hormonal que impacta en otras partes del cuerpo".
La artrosis
La artrosis puede comprometer la columna cervical, dorsal o lumbar o las articulaciones periféricas, prácticamente todas, pero algunas con más frecuencia que otras, como la rodilla, la cadera, las manos -interfalángicas distales, proximales y la trapecio metacarpiana- las articulaciones de los pies y hasta la temporo-mandibular.
La enfermedad puede ser asintomática y ser detectada en una radiografía. Si no, por el dolor: "El primer síntoma es el dolor mecánico que se agudiza con el uso de esa articulación, con el paso del día. La ubicación de la articulación afectada cambia a su vez la característica del dolor."
La artrosis vertebral puede producir espasmos musculares, porque existe compromiso de los filetes nerviosos que salen de la columna. Se produce dureza y rigidez en las articulaciones que se van cuando la persona se pone en marcha.
¿Cuándo hacer ejercicio?
Las personas con artrosis deben adecuar el ejercicio a la gravedad de su caso. Si una persona padece dolor de una articulación (la rodilla, por ejemplo) y se pone a levantar peso, le va a doler aún más.
Ese mismo paciente puede hacer ejercicios contrayendo los músculos pero sin mover la articulación, lo que se conoce como ejercicios isométricos, que lo ayudan a recuperar músculo. "Es frecuente que la gente pregunte si caminar le hace bien -advierte el especialista-. Caminar es bueno para el corazón, para los vasos, pero si hay artrosis de cadera o rodilla y encima tiene sobrepeso no es lo mejor."
¿Entonces? Bicicleta, o algún ejercicio que no obligue a cargar peso. "La movilidad en el agua también es muy buena", añadió.
La artritis reumatoidea
Cuando se habla de artritis se refiere concretamente a procesos inflamatorios articulares. Hay muchos tipos de artritis, pero la más frecuente es la artritis reumatoidea. Según explica Nasswetter, la artritis reumatoidea es una enfermedad crónica cuya prevalencia es del orden del 1% en la población a nivel mundial.
"Por la incidencia se calcula que debe haber alrededor 400 mil pacientes con artritis en la Argentina. Hay afectación de las muñecas, las caderas, los hombros, las manos, codo, rodilla, tobillos. Es simétrica porque compromete los dos hemicuerpos, presenta rigidez con el reposo y afecta a una población joven", indica el reumatólogo.
El inicio de la enfermedad se da entre los 25 y 45 años, aunque hay formas juveniles que se inician antes de los 16 años de edad. También está la artritis del anciano que se da en edades avanzadas.
Otra de las características de la artritis es que se da más frecuentemente en la mujer, en una proporción de 7 a 1 en relación con el varón. "Cuando una mujer con artritis reumatoidea queda embarazada mejora la enfermedad, lo que implicaría que hay elementos hormonales que mejoran el cuadro", sostuvo el especialista. La artritis reumatoidea es una enfermedad autoinmune y hasta el momento no se conocen sus causas.
Hay otras formas de la enfermedad en las que los causales están identificados claramente, como en las artritis infecciosas, donde un microorganismo coloniza el medio articular. "Esto se puede dar por infecciones de vías aéreas o urogenital y los más frecuentemente afectados son los pacientes inmunodeprimidos o con problemas del sistema inmunológico", explicó Nasswetter.
En estos casos los antibióticos logran revertir el cuado exitosamente. A diferencia de la artrosis, en la artritis reumatoidea el dolor es más fuerte en la mañana que al final del día, hay rigidez, envaramiento y las articulaciones están duras y se hinchan, puede incluso haber daño estructural y dar discapacidad funcional en casos graves.
Gota
También existen lo que se conoce como artritis cristálicas, que se producen por depósito de microcristales de urato monosódico en el medio articular. La más conocida de éstas es la gota.
"Son pacientes que tienen en sangre niveles altos de ácido úrico. Al inicio la afección ataca una sola articulación, provocando un dolor nocturno que se da repentinamente. Además la articulación se pone caliente, rubefacta e hinchada", explicó.