Lunes 18 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 24 y 25 > Sociedad
CONTEXTO: Y también la alegría

Diana Maffía cita a Liliana Felipe: Nos tienen miedo porque no tenemos miedo. Divertidas, desafiantes, jóvenes mujeres se mezclan con los militares que desfilan en honor del Padre de la Patria. Bailando y cantando, les dicen "ridículo, reíte que es gracioso". La rigidez marcial se deshilacha.

Bombachas y culottes flamean en la esquina más céntrica de la ciudad. Si no te gusta bailar no me interesa tu revolución, se lee en remeras color lila. Potencia tortillera, en una pancarta. Mi cuerpo es mío, en escuditos e imanes.

Los taxis no alcanzan, las pizzas tardan, las plazas desbordan. Neuquén se ha trastornado con el 23 Encuentro Nacional de Mujeres. No sólo porque son muchas, sino porque han aprendido a soltar amarras. O están haciéndolo. Y estas reuniones multitudinarias son para eso.

Misiones será, con Buenos Aires, propuesta hoy como sede del próximo encuentro. La trata -el tráfico de mujeres forzadas a la es

clavitud sexual- tiene epicentro en el noreste y posiblemente sea sólido argumento para aprobarlo.

La preocupación por la trata requirió de siete comisiones para analizarla y pedir leyes más severas para combatirla. Fueron muy concurridos también el taller de pueblos originarios, con la Pagoda colmada, y los diez que trataron el aborto. Clásico de los encuentros, el dilema clase-género, tampoco faltó este año. Sólo que, para ilustrarlo, fue bastante invocada Cristina Fernández, en quien ninguna de las asistentes mostró confianza. Es una construcción del patriarcado que la mujer sea buena y sensible, dijo una en un taller. Antes era buena, ahora no, recordó otra.

 

MÓNICA REYNOSO

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