CHIMPAY (AVM).- Otra vez el "by-pass" de la Ruta 22, en cercanías a esta localidad, fue motivo de un accidente. Esta vez le tocó a un automóvil Peugeot 406, dominio DKU 583, conducido por Sergio Pareto, quien iba acompañado por su esposa María Piazzo, mayores de edad y oriundos de Buenos Aires. Es inconcebible que después de más de seis meses de ocurrida la rotura de la ruta por un aluvión y varios accidentes mediante, las autoridades no hayan reparado el tramo dañado ni tomado las medidas precautorias para impedir las desgracias personales y materiales.
El hecho ocurrió a las 5 de la mañana de ayer en el problemático kilómetro 1046 de la ruta nacional 22, donde está ubicado el by-pass. Según fuentes policiales, el auto de Pareto -que se dirigía desde Buenos Aires con destino a San Carlos de Bariloche- se pasó de largo en el controvertido desvío para terminar en la alcantarilla del cada vez más peligroso lugar.
El conductor no habría advertido la irregularidad en la ruta, impactando con el montículo de tierra ubicado en el comienzo del mismo. El choque contra la tierra hizo que el auto volara por el lugar donde no hay asfalto y cayera al lado del escurridor que pasa por debajo de la ruta.
Viajeros que circulaban en ese momento avisaron a la comisaría 59ª de esta localidad, quienes mandaron rápidamente una ambulancia al lugar.
La pareja recibió las primeras atenciones en el nosocomio local, luego fue trasladada a Choele Choel y posteriormente a Roca para realizarles estudios más exhaustivos, aunque no tendrían lesiones de gravedad.
El auto tuvo daños importantes y quedó con custodia policial en el "by-pass" a la espera de su traslado al Cuerpo de Seguridad Vial de Choele Choel.
"El arreglo se hará en quince días", se apuraron a aclarar allá por el mes de febrero los representantes de Vialidad Nacional con asiento en Viedma, pero rápidamente tuvieron que salir a justificar que la reparación definitiva en el complicado kilómetro 1046 se extendería más de lo aconsejable. Desde la fecha de la rotura, el 26 de enero, la frecuencia de accidentes en el lugar es de uno cada dos semanas aproximadamente pero últimamente el promedio se ha elevado. Pese a ello, la desidia se advierte hasta para mejorar el desvío, dotándolo por ejemplo, de iluminación a quinientos metros sobre ambas manos, cartelería y personal que alerte sobre la amenaza.