- Finalmente, decano. Arrastraba una frustración en esta materia, ¿no?
- Hace dos años me robaron la elección. Supe esperar y el tiempo me dio la razón en cuanto a que (Juan Manuel) Salgado, quien me "ganó" mediante una alianza de sectores que lo abandonaron al día siguiente de ese triunfo, no podría gobernar la facultad... Ahora es mi turno.
- ¿Por qué usted la podría gobernar?
- Por varias razones. Una, porque a esta facultad la conozco desde alumno y egresado en dos carreras, a lo que sumo la docencia. Segundo porque tengo bien merituado -por trabajar también afuera de ella, es decir desde el otro lado del campus universitario- qué debe ser estar facultad. Conozco la centralidad que tienen algunos problemas que degradan a la facultad y que la desgastan por la distancia que pone frente a la sociedad. Sé de ese clima.
- ¿Qué define a ese clima?
- La intolerancia. Por darle un caso, para mí muy grave del perfil que mostramos frente a la sociedad: la Universidad Nacional del Comahue viene de un lapso muy grave en el que las diferencias naturales sobre temas que hacen a política universitaria, a contenidos, etcétera, se dirimieron en un ambiente de extrema intolerancia por parte del todos los planos de la vida universitaria. Hay que sacarle intolerancia. Tengo imágenes personales que me han impresionado mucho...
- ¿Cuáles?
- Por ejemplo, hace dos años, cuando me presenté a la elección para decano, había estudiantes, egresados, profesores, de otro sector, que gritaban: "¡no hay que dejarlos entrar, no hay que dejarlos entrar!", a nosotros, claro. Pero también tengo la impresión de que el conjunto de la UNC está superando ese escalón de tanta intolerancia.
- La universidad argentina es la única del mundo en que su destino parece estar más en manos de los estudiantes que de estamentos llegados a esa posición vía la meritocracia, que es una condición por demás legítima en cualquier universidad del mundo. ¿No cree que para el caso concreto de la UNC, hay un exceso de protagonismo de los estudiantes en aspiración de conducir los destinos de la universidad, de marcarle rumbos, condicionar decisiones? ¿Qué les va a permitir usted en esta materia?
- Los estudiantes no necesitan que yo les permita nada.
- Suena a "muchachismo".
- Pero no lo es. Representan un sector que debe opinar. Tengo disposición para dialogar en función de las decisiones que tome, pero no voy a permitir el clientelismo.
- ¿Qué es el clientelismo en la UNC?
- Todo lo que puede pasar alrededor de las becas, las residencias y aquello que otorga el Estado para ayudar a los estudiantes. Todo eso debe ser tratado con un criterio incorruptible.
- Ese no "permitir" de su parte denota que usted sabe que hay clientelismo en esta materia, al menos en la facultad de la que ya es decano. ¿Qué sabe al respecto?
- Hoy (por el viernes) pedí al sector que maneja todo lo que hace a beneficios de los estudiantes un informe completo. En cuanto a la infor
mación que tengo de todo esto, por ahora me parece poco serio dar ahora...
- ¿Pero sospecha o no que algo pasó en esa materia?
- Me lo dicen
- ¿Quiénes le dicen y qué?
- Empleados administrativos.
- ¿Qué le dicen?
- Que, por ejemplo, venía un grupo de estudiantes y "pedía plata para determinadas actividades que no estaban previstas en ningún presupuesto ni partida y tuvimos que dársela". Y se les daba la plata. Era una práctica común, habitual. Por eso (durante la anterior gestión en el decanato) renunciaron dos secretarios. En la primera gestión (de Salgado) renunció Patricia Laría, secretaria Administrativa. Tengo la renuncia de ella, en la que afirma que no podía suscribir determinadas cuestiones. En la segunda gestión, también renuncia el secretario Académico y otros funcionarios por cuestiones similares. Yo ahora voy a investigar lo sucedido en todo esto.
- Usted recibe una facultad muy vertebrada, al menos desde la matrícula, en la carrera de Derecho. No es aventurado decir que no pocos de los estudiantes hoy de Derecho, en dos décadas serán jueces o funcionarios en el fuero rionegrino y neuquino...
- Ya los hay...
- Sin embargo, la UNC tiene en paralelo arrastres que hacen a esta facultad y que son, como mínimo, observables desde la perspectiva académica: simultaneidad de dictados de dos carreras de Servicio Social. ¿Qué opinión tiene al respecto?
- Si uno se pusiera a planificar la creación de una diversidad no montaría dos carreras de Servicio Social dictadas a una distancia de 50 kilómetros. Pero tenemos lo que tenemos, y no es menos cierto que esa situación ha sido corregida, al menos no en términos absolutos pero sí superadores en cuanto al dispendio de los recursos. Así, por ejemplo, se logró que el cuerpo docente fuera uno solo, y se integrara mediante grupos únicos de docentes, que viajan. De una anomalía se hizo una solución práctica.
- ¿Cuál es su opinión sobre el ingreso irrestricto?
- ¡Qué pregunta! Yo no me propuse ser decano para limitar el ingreso...
- Sucede que alguna vez, sin demagogia, sin resistencias de tipo infantilistas, este tema deberá hablarse. Entre otras cosas, por temas de calidad. En el Gran Buenos Aires hay varias universidades nuevas que se mueven con el sistema de cupo y desde lo académico, en algunos rangos, ya son superiores a la UBA.
- Es cierto que cuando la relación docente -cantidad de alumnos no es la adecuada, se resiente el proceso de formación, pero creo también que el ingreso irrestricto es un sistema que hace a la tradición de la universidad argentina.
- Lo cual no quiere decir que la tradición sea lo mejor, suele ser lo más reaccionario y conservador.
- Por supuesto. En esto me manejo con lo heredado pero abierto a que la universidad toda pueda ir dando respuestas a estos problemas.
- La ley de Educación Superior data del '95. Alienta a las universidades a reformar sus estatutos. En ese marco habla de facilitar la simbiosis profesor-investigador, el sistema americano, alemán y que suele llamarse humboltiano. La UNC todavía no avanzó en esa dirección. ¿Cuál será su política en esta materia?
- La UNC tiene un arrastre en ese tema que habla de determinados déficits. No hay una concepción muy pareja sobre la necesidad de la simbiosis que usted señala. Hay gente que ha mejorado su ingreso docente mediante la condición de investigador, pero se advierte desigualdad en cuanto a disposición a investigar. No hay una concepción arraigada y que haga cultura de converger en ese tipo de relación. Tengo la impresión de que algunas investigaciones que se concretan desde la UNC, o ya han sido trabajadas anteriormente, o simplemente no van a producir conocimientos importantes.
- Hoy, en el mundo entero, nadie desvincula el desarrollo de determinadas carreras con el destino laboral y de requerimientos por desarrollo social que puedan tener en función de futuro. ¿Usted cree que tiene sentido la carrera de Comunicación Social?
- Tiene matrícula, lo cual quiere decir que interesa.
- Pero la matrícula es el producto inicial de muchas cuestiones que con el correr del tiempo no dicen nada...
- Creo que lo que la Universidad tendrá a futuro para tratar es si, en función de la demanda social, hay carreras que tienen que dictarse en forma permanente o a término.
- Pero esa es una idea bajo reparo si uno reflexiona desde lo académico.
- Exactamente. No se trata de qué hago desde lo administrativo con los cuerpos docentes cuando dejo de dictar la carrera, sino que una profesión requiere de una solidez académica... experiencia. Pero son temas que la UNC, en su momento, tendrá que abordar, reflexionar por dónde seguir, ya que es posible que llegado el momento estemos inundando con profesiones que tienen un destino muy condicionado.
- ¿Cuál será su política en materia de concursos docentes? Existe la impresión de que es un sistema muy cerrado, se liberan concursos en función de intereses políticos universitarios y nada más. Hay gente que hace cinco o más años se anotó para cátedras que aún no fueron concursadas.
- Se va a regularizar todo ese sistema, es algo que hace a justicia, a reconocimiento de capacidades, a gente joven que tiene derecho a postularse a la cátedra. En esta facultad, los concursos tendrán la única direccionalidad que deben tener: idoneidad. El sistema tiene que ser muy transparente.
- ¿Qué insinúa con eso de la direccionalidad?
- No insinúo nada. Sucede que a la hora de concursar, si en el marco de determinado tema donde se conjugan distintas ideas, se designa un jurado que sabe que tiene un pensamiento muy definido sobre esta o aquella línea de pensamiento, bueno, se abre la posibilidad de que juzgue desde ese posicionamiento lo que en todo caso son diferencias de un orden opinable desde distintos ángulos. Le reitero: en mi decanato, todo será muy cristalino; nada de...
- ...demagogia
- Si usted quiere... nada de facilismo, de oscuridad.
- Hablando de demagogia: ¿no cree que es demagogia pura que los no docentes participen de la conducción de la universidad? Éste es otro caso casi único en la vida de la universidad a escala planetaria. No se trata de invalidar derechos, que por otra parte y para el caso, serían opinables. Sino de un democratismo que como tal, suena nada más que a oportunismo.
- Es un sector muy sensato...
- No pongo en duda eso...
- Más allá de lo que usted llama democratismo, creo que el protagonismo de los no docentes en el manejo de la UNC, es muy positivo. En estos tres años de mucha intolerancia en ese manejo, ellos han sido una fuente permanente de sensatez.
- Y se viene la Universidad Nacional de Río Negro.
- Yo trabajo para mejorar la Universidad Nacional del Comahue.
CARLOS TORRENGO
carlostorrengo@hotmail.com